No hay semana en la que no sepamos algo de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, pues el longevo y ya casi tortuoso proceso de divorcio entre ambos se ha extendido a límites insospechados. Se esperaba cerrar en junio de este año y no ocurrió, ahora en septiembre se han reanudado las conversaciones y el ex balonmanista ha cobrado un millón de euros de los dos que se le van a otorgar. Se esperaba que se diera fin al proceso legal, pero aún no ocurre.
Más allá de los aún esposo, quienes sufren más con esta situación son los hijos, especialmente Miguel e Irene Urdangarin, y sobre estos dos, la más pequeña habría llegado al punto de necesitar ayuda psicológica por lo traumático que ha sido para ella toda la experiencia, pero al final la vida sigue para los hermanos y hemos podido verlo en mayor o menor medida con Pablo Urdangarin, quien está en el foco por su reciente mudanza y su relación con Johanna Zott.
La pareja aún no vive bajo el mismo techo, ni los padres lo van a permitir
Pablo Urdangarin se ha mudado de Sant Joan Despí a Pedralbes, lo cual le resultará más familiar pues se trata del barrio en el que vivía durante su infancia. La decisión la tomó en base a su carrera deportiva pues en su anterior piso apenas tenía la oportunidad de visitarlo, por lo que buscó algo más cercano y donde espera conseguir eventualmente un compañero de piso que le acompañe en sus 150 metros cuadrados de apartamento.
Mientras tanto, Johanna Zott visita frecuentemente a su novio, pero no viven bajo el mismo techo a pesar de que el apartamento de Pablo Urdangarin es espacioso, así como su novia vive con su familia en un hogar bastante amplio, por lo que no se trata de una limitación de este estilo, sino algo más familiar.
Los padres de Johanna Zott consideran que su hija estaría acelerando demasiado las cosas, es muy joven y aún está avanzando en su carrera universitaria. Aún no trabaja por lo que se enfoca al 100% en su carrera de medicina, si es que no tenemos en cuenta su relación con Pablo Urdangarin que evidentemente le costará una parte importante de su tiempo.
De igual manera el hijo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin debería enfocarse en su carrera deportiva, y como comentamos arriba, el joven balonmanista estaría buscando como prioridad algún compañero de piso que comparta sus mismas aficiones, quizá un deportista al igual que él para recuperar un poco el ambiente que tenía en su anterior piso, el cual compartía con dos amigos, Artur Parera y Roberto Domenech, quienes terminaron viajando de igual manera cuando fueron fichados por otros equipos diferentes al de Pablo Urdangarin, respectivamente el Puerto Sagunto y el HC Ibiza. Para los más curiosos, el alquiler del nuevo apartamento del joven se calcula que tiene un coste de 2.000 a 2.500 euros.