Como suele ser habitual en muchas casas reales en Europa, nada tiene que ver la imagen que se proyecta en cuanto a la pareja formada por Alberto y Charlène de Mónaco y lo que realmente sucede en el día a día cuando las cámaras no están delante.
Y es que no es que sea precisamente ningún secreto que, por mucho que de cara a la galería sigan vendiendo que son una pareja feliz y un matrimonio feliz, por dentro de la realidad es muy diferente, siendo un matrimonio completamente roto en el que cada uno hace su vida por su cuenta y en el que, además, sus hijos están viendo también afectados.
Los problemas de Alberto y Charlène acaban afectando a sus hijos
Fue hace ya unos meses cuando, como es tradicional en estos casos, la pareja decidió acompañar a sus hijos en el primer día de colegio, haciendo evidente las ganas que tienen de dar la imagen de ser una familia feliz.
Sin embargo, estas obras conocido que el día a día no es precisamente el de una familia feliz, entre otras cosas porque parece ser que Alberto apenas pasa tiempo con sus hijos y que, además, debido a los diferentes enfrentamientos que ha tenido con su mujer, Charlène esta también cada vez más apartada.
Parece ser que todo lo que se refiere al cuidado y a la educación de los hijos de la pareja, Jacques y Gabriella, no está al cargo precisamente venía su padre de su madre, sino de personas de confianza de Alberto que se encargan del día a día de sus hijos.
Demente desde la institución apuntan que este tipo de informaciones no son precisamente la realidad, pero tampoco hace falta ser un experto en casas reales para tener en cuenta que el matrimonio formado por Alberto y Charlène hace ya mucho tiempo que se rompió y que, de hecho, no sería extraño que, una vez sus hijos fueran más mayores, la pareja decidiera poner fin a su relación.