Los hijos del príncipe Alberto y la princesa Charlenede Mónaco, Jacques y Gabriella, son la pieza angular que mantiene la estabilidad y futuro para una familia que ha sido perjudicada por la inestabilidad generacional que ha venido arrastrando desde hace tiempo. Sin embargo, esta pareja real no está exenta de los dramas que han afectado a su familia en el pasado.
A pesar de su corta edad, Jacques y Gabriella han experimentado ya uno de los dramas más misteriosos de este siglo, la desaparición de su madre por motivos de salud. Su ausencia no ha sido fácil para los pequeños, quienes ya soportan esa carga emocional. La infelicidad de Charlene puede marcar a sus hijos de por vida, y es imposible calcular cómo esto puede afectar su futuro.
La ‘herencia envenenada‘ de Jacques y Gabriella
Una inestabilidad generacional que supone una herencia familiar envenenada de los Grimaldi. Algo que es común en muchas familias reales, pero que en el caso de los Grimaldi se trata de una versión intensiva de esta inestabilidad, debido a la complejidad de las relaciones entre los miembros de la familia. Los tres hijos de Rainiero y Grace han tenido hijos con diferentes parejas, lo que significa que hay seis familias políticas con las que lidiar, lo que aumenta la frecuencia e intensidad de las incidencias.
Según el sitio web 'Mujer Hoy', la peor herencia familiar que deja el príncipe Alberto es la que tendrán que lidiar sus hijos. Jacques y Gabriella tendrán que dirigir una familia ya de por sí compleja, con la cantidad de primos segundos que van a tener que contentar, y mantener una relación paralela con las familias de sus dos hermanos mayores, Jazmín y Alexandre, quienes están fuera de la línea sucesoria al trono de Mónaco.
El caso de Alexandre es especialmente sensible, ya que Nicole Coste, su madre, ha causado más de un dolor de cabeza en palacio con referencias poco edificantes dirigidas a la princesa Charlene. Esto hace que no sea fácil establecer acuerdos económicos con ella. Otra preocupación es la capacidad de Jacques para decidir su destino, ya que será el próximo jefe de Estado y llegará al poder muy joven. El príncipe Alberto tiene ya 64 años, por lo que es probable que Jacques sea coronado antes de llegar a los 30 años.
Ideally, el príncipe Jacques no debería esperar a casarse después de los 40, como hizo su padre. Sin embargo, esto puede ser difícil de lograr debido a la presión que enfrentará para sentar la cabeza cuanto antes. Es importante que se les brinde a Jacques y Gabriella un entorno estable y seguro para crecer y desarrollarse, sin importar la complejidad de su herencia.