Ser de la familia real es un boleto de una sola vía a la salida del anonimato, por muy discreta que intente ser una persona, ser parte de la realeza va a generar que alguien siempre tenga interés en tí, incluso los hijos de la infanta Cristina que son los que tienen una vida relativamente más privada en comparación a sus padres, tíos o primos, tienen que lidiar con periodistas y paparazzis de vez en cuando, el interés por la familia real es palpable, y para los paparazzis puede ser la exclusiva de su vida.
Irene Urdangarin y su madre, a la fuga de un paparazzi insistente
La infanta Cristina es notablemente una figura de interés actual, aparte de ser de la realeza, por su divorcio con Iñaki Urdangarin, el cual no ha finalizado después de varios meses que se han ido en negociaciones que, de momento, no han llegado a nada, la última fecha esperada era el cumpleaños de la hija menor de los aún esposos, Irene Urdangarin, pues al cumplir la mayoría de edad podrían dar punto y final a su batalla legal a través de la notaría y cada uno tomaría caminos separados, la infanta Cristina por su lado e Iñaki Urdangarin con Ainhoa Armentia por el otro. Mientras tanto, la hija más pequeña y sobre la que se posan todas las miradas justo ahora, se quedará con su madre, es la única de los 4 hermanos que sigue viviendo con ella, y esto aparte de, notablemente acercarla más a su madre que a su padre, ha ocasionado que las dos terminen pasando un mal rato, uno que involucra a un paparazzi.
En Suiza corrió la noticia de que un escolta de la infanta Cristina había sido condenado a pagar multas por el motivo de “conducción temeraria”, el policía escolta en cuestión se habría saltado varios semáforos en rojo y conducido de forma que era un evidente peligro para él, los demás conductores, y obviamente, la infanta Cristina e Irene Urdangarin, que iban con él en el auto.
El motivo de su método de la hora de conducir no era necesariamente prisa, no se trataba de que la hermana del rey estuviera con prisas de llegar a alguna parte ni que Irene Urdangarin estuviera impacientada, sino que, se habría producido a causa de un perseguidor, alguien que, por cierto, igualmente fue multado por los mismos cargos.
Todo sea por la exclusiva
El perseguidor en cuestión era un paparazzi, no hay más que sumar dos y dos para entender sus intenciones, el temerario fotógrafo sólo tenía un objetivo, la exclusiva, capturar imágenes de la infanta Cristina y su hija a como diera lugar. Esto, como ya se comentó, le acarreó diferentes tipos de multas por infracciones de tráfico que seguramente le costarán más de lo que habría podido ganar por las fotos, por lo que deja un precedente de cuánto se está dispuesto a arriesgar un paparazzi por una buena foto.