La École hôtelière de Lausanne no es una institución para cualquiera. No es barata, no es fácil y mucho menos es poco exigente. Está a la altura en dificultad con otras universidades que se dedican a rubros específicos, pero lo cierto es que la EHL destaca por eso, por ser exigente, algo de lo cual Irene Urdangarin se ha comenzado a dar cuenta nada más empezar, ya que ha tenido algún que otro problema que ha dificultado en demasía su acceso.
Aunque basta decir que Irene Urdangarin igual tendrá acceso a la EHL, tal como es evidente pensar, pues, al fin y al cabo, es hija de la hermana de un rey, pero no solo eso, sino que al mismo tiempo es nieta de un rey emérito, y este último le ha ayudado mucho en todo este camino hacia la “gloria”.
Juan Carlos I se ha mostrado siempre como un hombre protector y amoroso hacia su familia, digan lo que digan de su vida como mujeriego. Lo cierto es que sus hijos y sus nietos siempre han sido una parte importante de su vida, y es por eso que el rey emérito no ha tenido problemas en echarles un cable de vez en cuando.
Sin ir muy lejos, esto ha ocurrido con Irene Urdangarin, la cual necesitó ayuda del emérito pese a que hizo todo lo que estaba a su alcance. No le molestó recibir ayuda de su abuelo, pero es notable la diferencia que puede hacer ser familiar de un rey.
Juan Carlos I le tiró un cable a Irene Urdangarin para hacer sus prácticas
Para empezar y estar en contextos, hay que saber que la EHL solicita, aparte de las pruebas de acceso, unas pruebas prácticas. Estas pruebas prácticas tienen que realizarse en un hotel, y para ello Irene Urdangarin tenía un hotel de Ginebra a su disposición. Este requisito es muy importante para la escuela de hostelería, pero no pasó de las pruebas teóricas en el hotel, por lo que, en teoría, no podía realizar sus prácticas en dicho hotel.
Sin embargo, como un héroe sin capa entró Juan Carlos I, quién hizo un par de llamadas y consiguió que el centro acogiera a Irene Urdangarin para sus prácticas sin importar los anteriores resultados.
Pese a este esfuerzo, se dice que no hubo buenos resultados, pero, nuevamente con ayuda del emérito, la hija de Iñaki Urdangarin consiguió tener todo lo contrario y así presentarse en la escuela de hostelería de Lausanne sin problema alguno. Si no hubiera sido por su abuelo, es probable que Irene Urdangarin estuviera en graves aprietos ahora mismo, pero al igual que su prima Leonor también tiene algunas ventajas, como, por ejemplo, estar bajo el manto cuidador de Juan Carlos I, quién tiene muchos contactos que le pueden servir a ella y también al resto de su familia. Sin embargo, ahora mismo Irene Urdangarin no sabe muy bien por dónde encaminar su vida y su educación. Pese a la ayuda de su abuelo, todo se le ha hecho cuesta arriba, y quizás prefiera pasar de eso y dedicarse a algo más.