Casa Real

Irene Urdangarin acabó peor que mal en el hotel en el que hizo las prácticas

Las prácticas no le sentaron muy bien a Irene Urdangarin antes de renunciar a la formación en hostelería

Barcelona. Lunes, 08 de enero de 2024. 14:55
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Irene Urdangarin

Mientras la princesa Leonor se preparaba para reinar, ingresando en la Academia Militar de Zaragoza, Irene, la hija de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin, iba a embarcarse en una aventura completamente diferente en el 2023. Tenía planes para estudiar en la École hôtelière de Lausanne, también conocida como la Ecolint, una escuela de hostelería de altísimo nivel.

La Ecolint es como la meca de la hostelería, con instalaciones lujosas que hacen que los hoteles de cinco estrellas parezcan modestos. Piscina, gimnasio, espacios para meditar y gestionar el estrés, servicio de asesoramiento para la salud mental... Una serie de servicios que intentan justificar los 84.950 euros que cuesta la carrera.

En la Ecolint, los alumnos no solo aprenden a dirigir un hotel desde la comodidad de una sala de clases con aire acondicionado. Tienen que bajar a la tierra y ensuciarse las manos. Hacer camas, limpiar baños, servir mesas… todo lo que no asocias con la dirección hotelera, pero que los responsables de la escuela consideran vital para que los futuros jefes sepan realmente de qué va el negocio.

École hôtelière de Lausanne
École hôtelière de Lausanne

Irene Urdangarin no terminó bien en las prácticas de verano requeridas para entrar en la Ecolint

Asimismo, uno de los requisitos para completar la matrícula era haber hecho unas prácticas en un negocio real. Algo con lo que Irene no contaba. Por eso sus padres movieron hilos para buscarle unas prácticas de urgencia. Y ahí Irene demostró que no estaba acostumbrada a muchas de las tareas que se requieren en este mundillo. Parece que las prácticas de verano no le sentaron demasiado bien.

Irene tuvo que hacer sus prácticas en un hotel de Ginebra. Según reveló El Confidencial, la joven estuvo dos semanas en la recepción, atendiendo a los clientes y viendo de cerca la vida real. Pero parece que esto no le dejó un buen sabor de boca. El trabajo fue demasiado intenso y, al parecer, la experiencia no fue satisfactoria. Y los responsables del local tampoco terminaron contentos con ella. Lo que no sabemos es si fue aquella mala experiencia de tener que trabajar demasiado lo que provocó que Irene acabara renunciando a la formación para tomarse un año sabático.