El pasado martes, Leonor disfrutó al máximo su paso definitivo hacia la adultez. Empezó asistiendo a las Cortes Generales para jurar la Constitución, un acto que supone que la heredera a la Corona podrá ascender al trono cuando Felipe VI falte. En el Palacio recibió la mayor condecoración civil, el Collar de la Orden de Carlos III. Posteriormente, un almuerzo de gala en el que el rey dio un discurso especial. La cena privada fue otro tema, ensombrecida por los conflictos de los asistentes. Uno de los problemas fue que la infanta Elena volvió a la carga contra Letizia.
La celebración fue pública hasta el almuerzo en el que se hizo un brindis en honor a la princesa y futura reina de España. Horas más tarde, llegó la fiesta privada en El Pardo, que comenzó alrededor de las 20 horas, hasta el momento, no ha trascendido fotografía oficial. Pero se han filtrado algunos detalles y dado a conocer quiénes asistieron, luego de semanas de dudas y conjeturas. Después de pensarlo mucho, la infanta Elena acordó con la infanta Cristina asistir cuando se hizo patente que Juan Carlos I asistiría. Pudo ser perfecto con la organización milimétrica de Letizia, excepto por la actitud de la primogénita del rey emérito.
El día que la infanta Elena hizo sentir ‘plebeya’ a Letizia
Don Juan Carlos, contrario a sus deseos y peticiones, no participó en la jura de Constitución de su nieta ni en ninguno de los actos institucionales de ese día. Hace casi 38 años que el anterior Príncipe de Asturias hizo el juramento a la Constitución en una sesión del Congreso en la que sí estuvo su abuelo exiliado. Parecía, pues, un momento oportuno para juntar a las tres generaciones en una ceremonia de gran importancia. Nuevamente, Doña Letizia quiso marcar distancias con su suegro y no vincularlo con la imagen renovada de la Corona.
Pese a que Letizia organizó la cena privada con los Borbones, quiso dejar claro que su reinado ya está en el pasado. Esta nueva monarquía es la base para un futuro próspero y digno que llevará la princesa Leonor. Inclusive, en la entrada al Palacio, le confiscaron el teléfono móvil a cada uno de los invitados para evitar grabaciones.
Elena de Borbón estuvo muy enfadada con la experiodista en la fiesta. No pasó por alto las prohibiciones que le hizo a su padre y la humillación para el resto de la familia, dejándolos como si no fueran nada. Así que quiso revelarse y hacer un espectáculo que la asturiana no olvidará. Desde que ingresó al Palacio, lo hizo con andares de superioridad. Hizo como si los Ortiz Rocasolano no existieran, dando a entender que ellos no están a la misma altura que los Borbones. Estuvo toda la noche al lado del monarca expatriado, se posicionó de su lado y habría desafiado a la mujer de Felipe.
La infanta Elena, aunque lo intente, no podrá volver a juntar a la familia Borbón al completo. Mientras Letizia tenga poder, los Borbón Ortiz estarán al margen y protegidos de los demás.