No hay duda alguna en que Juan Carlos I es un hombre al que no le falta dinero. Durante años y años se ha encargado de concretar negocios que terminaron por amasar la fortuna que hoy puede presumir, suficiente dinero como para gastar medio millón al día durante el resto de su vida y aún conservar dinero, pero lo complicado de este caso es que mucho de ese dinero ha sido generado de maneras poco transparentes.
Es por esto que el emérito es visto con tan malos ojos desde algunos sectores y el mismo motivo por el que la corona prefirió que Felipe VI subiera al trono cuanto antes. Desde entonces el actual rey y la consorte Letizia han intentado alejar a la corona de esta imagen turbia que dejó Juan Carlos I, y aunque terminaron generando sus propios problemas, lo importante es que Felipe VI intentó desligarse públicamente de su padre hasta el final, incluso decidió rechazar su propia herencia.
Las hermanas del rey se beneficiarán de la decisión de Felipe VI
Queda claro que el que Felipe VI rechazara la herencia de su padre es una forma de intentar aislar a la corona del dinero turbio del emérito. Esto no solo aplica al rey sino también a sus hijas, Leonor y Sofía de Borbón, que automáticamente quedaron fuera de la herencia de Juan Carlos I, todo como una forma de contribuir al objetivo principal de aclarar la imagen de sus antiguas figuras.
Por la total autoexclusión de los reyes de la herencia de Juan Carlos I, la parte del dinero que correspondería a Felipe VI y sus hijas pasa inmediatamente a distribuirse entre el resto de los herederos, o en este caso herederas, pues las hermanas del rey, las infantas Elena y Cristina serían las totales merecedoras del dinero que dejará su padre cuando llegue el momento.
Según la revista Forbes, el patrimonio de Juan Carlos I oscila los 1.800 millones de euros, (aunque se dice que asciende a 2.200 millones) una cantidad nada despreciable pero que a su vez es responsable de la mala reputación que se ha agenciado el emérito con los años, y que ahora pasaría a sus hijas, eso sí, se espera que la herencia se gestione principalmente fuera de España para no tener que rendir cuentas al fisco, o al menos no tanto como deberían si gestionan todo el dinero a través de España.
La riqueza de la infanta Elena se multiplicará exponencialmente
Si bien ambas hermanas del rey se verán muy beneficiadas al recibir tanto dinero, llama especialmente la atención el cómo quedarán las finanzas de la hermana mayor. La infanta Elena tiene un patrimonio de unos 9 millones de euros, y ya que le corresponderían unos 900 millones de la herencia de su padre esto significa que su dinero se multiplicará 100 veces en comparación a su patrimonio actual, lo cual la convertirá en una de las mujeres más adineradas de España.