La infanta Elena es una mujer sencilla, o al menos es la apariencia que siempre ha querido dar, y ya sabemos lo importante que son las apariencias para los miembros de la familia real. Sin embargo, los que conocen a la hija favorita de Juan Carlos I opinan que es tan auténtica como original, aunque aún así ha tenido algunos problemas con su hermano, el rey.
Sin embargo, es todo lo contrario con su padre, ya que la infanta Elena tiene una muy buena relación con Juan Carlos I. Ha estado pendiente de su padre al cien por ciento e incluso ha ido a visitarlo a Abu Dabi, por lo que podemos decir que la atención de la infanta ha sido la necesaria y la suficiente para tener una relación más que buena con el rey emérito, lo que nos hace pensar que la infanta Elena estará sí o sí en el testamento de Juan Carlos I y que será una de sus principales herederas. Quizás esto, nuevamente, gracias a su autenticidad.
Lo que la infanta Elena planea hacer con su fortuna
Sería por esta autenticidad que la infanta Elena no dudaría en gastar dinero en una de las cosas que ha deseado desde hace muchos años, pero que no ha obtenido por tener un coste elevado. Hablamos de nada más ni nada menos que de una finca, pero no solo de una finca, sino de una que fuera capaz de albergar una de las cosas favoritas de la infanta: los caballos.
Es una amante del mundo equino desde hace mucho tiempo. Es su pasión desde muy joven y uno de sus grandes amigos es Luis Astolfi (quién de hecho se considera también como el verdadero amor de la infanta). Es una gran entendida de este mundo y ha tenido caballos, pero tener una finca en la que pueda tener sus caballos, ya eso es otra cosa.
De hecho, ella misma ha llegado a soltar a modo de broma en una entrevista que si tuviera todo el dinero del mundo, lo usaría para tener sus propios caballos, aunque no se refería precisamente a los más baratos. Su pasión le ha llevado a gastar muchos euros en el mundo equino, pero eso a ella no le molesta, ya que es su pasión. Sin embargo, todo esto cambiaría si tuviera una gran fortuna, la cual, por supuesto, le va a dar Juan Carlos I.
A diferencias de sus hermanas, el rey decide no aceptar ninguna herencia de su padre
Felipe VI ha sido claro y conciso: no tiene intenciones de recibir ninguna herencia de Juan Carlos I, su padre. De hecho, sus hijas tampoco recibirán herencia. El rey rechazó el dinero de su padre hace mucho para fomentar la transparencia en la casa real y librar esa mala imagen que dejó Juan Carlos I cuando recién se fue del trono. Sin embargo, tanto la infanta Elena como la infanta Cristina tienen pensado recibir su herencia sin importar qué.