La infanta Elena siempre ha mantenido un perfil discreto en la vida pública. Sin embargo, su relación con los actuales reyes, Felipe y Letizia, está marcada por la incomodidad y la decepción. Se siente profundamente dolida por haber sido apartada de la corona sin haber cometido ningún error aparente, incluso tras su divorcio de Jaime de Marichalar.
Elena es una firme defensora de la monarquía española, pero de la tradicional. No perdona a su hermano y cuñada por las humillaciones que considera que han infligido a la reina Sofía y al rey Juan Carlos I en los últimos años.
Esta animadversión hacia la infanta Elena se extiende también hacia la princesa Leonor. Para Elena, Leonor es simplemente una extensión de su madre, la reina Letizia, a quien no puede soportar debido al daño que cree que ha causado a su familia.
El rencor de la infanta Elena hacia la reina Letizia se traslada también a la princesa Leonor
La infanta Elena responsabiliza a Letizia del distanciamiento en la familia real. Considera que Letizia es la causa principal de la separación de su padre y de su hijo Froilán. Además, sostiene que su padre no estaría exiliado en Abu Dabi si no fuera por la influencia de Letizia en las decisiones familiares.
Elena tampoco pasa por alto el hecho de que Leonor, su sobrina, no ha mostrado interés por mantener una relación con su abuelo desde que este se trasladó a Abu Dabi en agosto de 2020. Ella y su hermana Sofía son las únicas de todos los nietos del emérito que no loe han ido a ver en todos estos años. Esta falta de conexión familiar refuerza la percepción de Elena sobre la influencia negativa que Letizia ejerce sobre su hija.
Con todo, la infanta Elena alimenta un profundo rencor hacia la familia real actual, en particular hacia Letizia y Leonor, a quienes responsabiliza de los problemas y distanciamientos familiares que ha experimentado en los últimos años.