No es un secreto para nadie que la infanta Elena ha tenido problemas con sus hijos desde hace muchos años. Los dos jóvenes, Victoria Federica y Froilán, han decidido tener una vida rebelde desde hace muchos años atrás y durante un tiempo se les consideró las ovejas negras de los Borbón, un título que todavía a día de hoy conservan. Lo cierto es que los dos hermanos han sido más o menos conflictivos desde su mayoría de edad. Froilán era muy juerguista en Madrid y llegó a estar involucrado en varias situaciones turbias fuera de discotecas, lo cual condujo a su exilio a Abu Dabi junto a su abuelo. Victoria Federica, por otra parte, no se llevaba bien con los reyes y después optó por ser influencer aún sabiendo que nada de eso le gustaría a su familia, y todavía sigue con su carrera en las redes sociales.
Todo esto ha ocasionado que los jóvenes sean mal vistos dentro de la familia, además de que los ven como una mala influencia para el resto de los Borbón de la nueva generación (Leonor de Borbón, Miguel Urdangarin, Irene Urdangarin, etc). Sin embargo, quién más se ha visto afectada por todo esto no es ni Victoria Federica ni mucho menos su hermano, sino que ha sido la infanta Elena la cual se ha tomado muy mal que sus hijos sean vistos con malos ojos por parte de su familia.
La hija favorita de Juan Carlos I cree que es una mala madre
La infanta Elena siempre intentó ser una buena madre para Froilán y Victoria Federica, pero su divorcio con Jaime de Marichalar dificultó mucho las cosas. Después de esta separación, los jóvenes tomaron un camino mucho más inclinado hacia la rebeldía, y ya conocemos el resto de la historia.
La infanta Elena no pudo hacer nada para evitar todo esto y a pesar de que trataba de que sus hijos no fueran rebeldes, no tuvo resultados. Fue así como la hermana mayor de Felipe VI tuvo que ver cómo su hijo se volvía un juerguista exiliado en Abu Dabi y como su hija le desafiaba porque quiere ser influencer. Esto ha llevado a que la infanta Elena se sienta muy mal respecto a la maternidad, pues ha llegado a pensar que no es una buena madre.
Solo hay que recordar una ocasión en la que la infanta Elena y la reina Letizia estaban discutiendo durante una cena con la familia y la consorte le dijo a la infanta Elena que era una mala madre. Esto desencadenó el llanto de la infanta, ya que era lo que ella siempre pensaba. De igual forma, muchos comentarios de su familia hacia sus hijos también le han afectado gravemente, por lo que ha llevado muy mal su maternidad. En contraportada, Jaime de Marichalar cree que es un buen padre y que ha hecho todo lo posible por sus hijos.