La infanta Elena no ha tenido mucha suerte en el amor después de su divorcio con Jaime deMarichalar. Según cuentan por ahí, su matrimonio nunca fue un cuento de hadas. Discutían más que una pareja de gallos en un gallinero, y hasta el día de su boda tuvieron sus diferencias. Ni siquiera sus hijos, Froilán y Victoria Federica, pudieron arreglar las cosas entre ellos. La infanta le soltó la bomba a su padre, el rey Juan Carlos, de que quería divorciarse. Y aunque este le aconsejó que aguantara, al final pactaron un “cese de la convivencia” que no era otra cosa que una separación en toda regla.
Pilar Eyre dedicó un artículo a la infanta Elena en el que revelaba un secreto íntimo de la hermana del rey Felipe VI. “La pobre Elena, el patito feo de la familia, la torpe, la que siempre iba atrasada en el colegio, a la que tienen que poner profesores particulares hasta que al final la llevan a un centro menos exigente. En su adolescencia tuvo que acudir a una psicóloga argentina y la acompañaba el jefe de la Casa, Sabino Fernández Campo, porque nadie se ocupaba mucho de ella. Heredaba los trajes de su madre casi sin retoques, y presentaba un aspecto tan ñoño que el propio padre le comentaba con preocupación a su mujer: ‘Oye, por qué no la vistes de otra manera, ¡no la vamos a casar nunca!’”, escribió la periodista en su blog de la revista Lecturas.
La infanta Elena no ha tenido relaciones con ningún hombre desde Jaime de Marichalar y este es el motivo
Al final sí encontró marido, Jaime de Marichalar, pero según Eyre, nunca fue muy bienvenido en la familia real. “Al pobre Jaime de Marichalar nunca lo tragaron en la familia. Una mañana en el Club de Polo de Barcelona casi no había nadie, y la familia real al completo, excepto Sofía, arropaba a Elena que participaba en un concurso hípico. Marichalar se mantenía al margen, sentado lejos, con expresión huraña. Mientras todos iban de sport, él llevaba un abrigo entallado, traje impecable, enorme bufanda y sus inseparables cascos. Nadie le dirigía la palabra, tenía la mirada fija en un punto indeterminado, se quedaba rezagado, con evidentes problemas de movilidad. Ya había tenido el ictus, la pareja había pasado por situaciones terribles en Nueva York y ambos eran profundamente desgraciados”, relataba la cronista especializada en la casa real.
Y aunque algunos rumores la han relacionado con algún hombre, no habría nada cierto. Desde que se separó de Jaime de Marichalar, la infanta Elena no ha tenido una nueva relación con nadie. Eyre explica el motivo: “Delante de los ojos de Dios, Elena está casada con Jaime, lo que le impide, dado su acendrado catolicismo, tener relacionas con otro hombre. Profundamente religiosa, no se identifica con la extravagante espiritualidad de su madre. Con Sofía nunca ha sentido afinidad, la reina ha sido siempre muy fría cono sus hijas. Elena está incondicionalmente al lado de su padre, haga lo que haga”.