La infanta Elena es una mujer tranquila por naturaleza, aunque eso no quiere decir que tenga un buen carácter. Es quizás porque le gusta la tranquilidad que siempre intenta conservarla, a gritos, pero lo intenta. Es bien sabido que la hermana mayor de Felipe VI es una mujer a la que es mejor tratar con cuidado, sobre todo cuando se es un empleado, ya que su carácter fuerte es algo que conocen muy bien los que han trabajado a su lado.
Empleados de Zarzuela y cercanos a los reyes saben que la infanta Elena es como la pólvora: si se trata con cuidado haciendo todo lo que ella quiere al pie de la letra, no pasa nada; pero de lo contrario es capaz de explotar varios metros a la redonda. Esto es algo de lo que pueden dar fe los escoltas de la infanta Elena, los cuales tienen que soportar el mal carácter de la hija favorita de Juan Carlos I a diario, y esto no tiene nada que ver con ser la favorita del rey emérito, ya que no es malcriada y tampoco fue criada como una, sino que tiene un carácter digno de estudio en comparación a sus hermanos.
Tanto es el tema que los escoltas que son asignados a la infanta Elena prefieren mil veces más ser asignados a ser los escoltas del rey o de la infanta Cristina cuando está en Madrid, por lo que nos podemos hacer una idea de lo complicada que es la relación de la infanta Elena con sus escoltas, pero, ¿cómo es en realidad?
Gritos y más gritos, así trata la infanta Elena a los que le cuidan la espalda
El trabajo de un escolta no es sencillo, ya que debe priorizar la vida de otra persona por encima de la suya propia, pero el trabajo de un escolta de la infanta Elena debe ser mucho más complicado. La hermana de Felipe VI suele dar órdenes que sus escoltas deben cumplir, y si no las acatan lo más pronto posible lo más probable es que la infanta tenga un mal comportamiento.
Sin embargo, quiénes están a su cargo no le pueden decir nada porque, al fin y al cabo, es la hermana de un rey y la hija de uno, por lo que es mejor tener cuidado. Todos los que han cubierto la espalda de la infanta saben cómo es su carácter. Suele gritar mucho y ser muy déspota, además de que pierde la educación de infanta que tiene en muchas ocasiones solo para ser maleducada con quiénes están a su servicio.
Algo que llama la atención es que los más cercanos a la infanta Elena dicen que en el pasado no era así, es decir, cuando aún era muy joven, pero todo cambió con la llegada de Jaime de Marichalar a su vida y su posterior matrimonio. Se sabe que esta fue una relación por conveniencia y que la infanta Elena nunca estuvo enamorada de su esposo. Desde entonces, todo el que es cercano a la hija favorita de Juan Carlos I ha tenido que soportar su mal carácter.