De todos los integrantes de la familia real, probablemente sea la infanta Elena junto con su madre Sofía de Grecia las mujeres más “tranquilas” de entre los Borbón. Muy pocos han sido los rumores que han rodeado a estas dos royales en cuanto a infidelidades y cualquier tema relacionado, a diferencia de la infanta Cristina que ha sido acusada por Iñaki Urdangarin de infidelidad, y Letizia que está en el ojo del huracán por su caso con Jaime del Burgo, por lo que lo que se habla de la infanta Elena es sin dudas algo fuera de lugar.
No se trata de una infidelidad a Jaime de Marichalar ni nada por el estilo, pues ha sido la hermana mayor del rey quien ha decidido no volver a interesarse en hombres ya que hace caso a su religión donde sigue casada a los ojos de Dios, pero sí es algo que visiblemente a la casa real le gustaría ocultar.
La infanta Elena iba a ser madre de tres, Victoria Federica y Froilán tendrían hermano
A pesar de que la infanta Elena mantenga esta fidelidad a su matrimonio y a su religión no lo hace específicamente por Jaime de Marichalar pues con el tiempo se conoció que en realidad la hija mayor de Juan Carlos I la pasó bastante mal durante aquellos días, especialmente después del ictus que sufrió su ex esposo, y el cual fue el desencadenante de la mayoría de problemas de su relación, pero la infanta Elena aguantó todo lo que pudo, no por elección propia sino por exigencias de su padre.
El emérito siempre ha demostrado animadversión por las mujeres divorciadas. En sus propias palabras, “una divorciada no es nada”, y no quería que su hija se convirtiera en una, por lo que causó que su matrimonio durase mucho más de lo que esta hubiera querido. Para referencia, el nacimiento de Froilán ya era un punto en el que la infanta quería decir adiós a todo y separar su camino de Jaime de Marichalar, pero como ya dijimos, este periodo duró mucho más por las exigencias de su padre, y ya conocemos lo fiel y servicial que es la infanta a su padre aún hoy en día, por lo que llegó hasta donde su salud mental se lo permitió, y durante este tiempo habrían ocurrido cosas.
Como parte de su “último servicio a la corona”, la infanta Elena quedó embarazada una tercera vez de Jaime de Marichalar. Iba a diferir en número de hijos con sus dos hermanos, teniendo un total de tres, pero al final la infanta Elena sufrió de un aborto que acabó con estos planes de manera inmediata.
Quizá este aborto fue el último clavo en su matrimonio con Jaime de Marichalar y lo que hubiera finalizado de una vez por todas las imposiciones de su padre, pero lo único que puede ser cierto es que seguramente la infanta Elena ni siquiera tenga ganas de volver a intentar otro matrimonio.