Han pasado casi dos años desde que en febrero de 2022 salieran a la luz unas fotos de Iñaki Urdangarin paseando con una mujer rubia que no era la infanta Cristina. Se daba a conocer que el ex jugador de balonmano tenía una relación al margen del matrimonio. Y desde aquel momento varias fuentes anunciaron que Iñaki y Cristina habían decidido divorciarse. Se esperaba que el divorcio fuera efectivo ante la ley una vez la menor de sus cuatro hijos, Irene Urdangarin, cumpliera la mayoría de edad y se graduara. Pero estas dos condiciones que ya sucedieron en junio, y de momento no hay divorcio oficial.
Según varias fuentes, las complicaciones económicas son el verdadero obstáculo. La Infanta Cristina no está muy dispuesta a pagar la compensación económica que reclama el ex duque de Palma. Parece que financiar la nueva vida de Iñaki no entra en sus planes. Y menos a Ainhoa Armentia.
Ahora bien, las fuentes no se ponen de acuerdo. Según Pilar Eyre, la infanta Cristina estaría frenando el proceso de divorcio para evitar que Iñakiformalice su relación con Ainhoa Armentia y que ello pueda acabar en boda. Cristina quiere impedir que su ex rehaga su vida familiar.
Algo que probaría que Cristina quiere aferrarse a la situación actual, y que sirve a modo de venganza contra Ainhoa Armentia, es que la infanta sigue luciendo el anillo de casada. La ex duquesa de Palma no dejó de jugar con su alianza, tocándola repetidamente, quizás recordando que, aunque la relación esté totalmente rota, es ella quien sigue siendo la mujer oficial de Iñaki.
El dinero es, principalmente, lo que está retrasando el divorcio
Cabe recordar que las principales complicaciones que han rodeado la falta de materialización del divorcio tienen su origen en lo económico. Al parecer, la Infanta Cristina se habría negado a pagar una compensación económica, que por ley le pertenece al ex duque de Palma, y financiar así su nueva vida.
Así las cosas, lo que en principio debían ser los últimos días de casada de la infanta Cristina se han convertido, contra todo pronóstico, en un nuevo alargamiento de su disolución matrimonial. Algo sorprendente, pues las noticias que se filtraban aquí y allá aseguraban que el acuerdo económico se había pactado y los flecos restantes se cifraban en prácticamente una firma.
La infanta Cristina sigue llevando la alianza de casada
Aunque no todas las fuentes apuntan en la misma dirección. Pilar Eyre sostiene que lo que explica la negativa de Cristina de Borbón a disolver su matrimonio es su afán por evitar que Iñaki Urdangarin oficialice en un juzgado su relación con Ainhoa Armentia. Dicho de otra manera: bloquear la posibilidad de que el ex duque de Palma reformule su vida en familia.
Algo que probaría que Cristina quiere aferrarse a la situación actual, y que sirve a modo de venganza contra Ainhoa Armentia, es que la infanta sigue luciendo el anillo de casada. La ex duquesa de Palma no dejó de jugar con su alianza, tocándola repetidamente, quizás recordando que, aunque la relación esté totalmente rota, es ella quien sigue siendo la mujer oficial de Iñaki.