Se acerca septiembre y Cristina e Iñaki retomarán las negociaciones con sus abogados para firmar el divorcio. Hace más de un año que anunciaron su separación, desde la publicación de las fotografías del exduque con otra mujer por las playas de Biarritz, y a día de hoy no han firmado el acuerdo, supuestamente, por cuestiones económicas. Las exigentes peticiones del exjugador de balonmano son el principal problema. La infanta no está dispuesta a mantener al padre de sus hijos, pero mucho menos a Ainhoa Armentia.
La relación entre ellos está totalmente rota en estos momentos, como se pudo comprobar en la graduación de su hija Irene, en la que ni tan siquiera se dirigieron la palabra. Las presiones para zanjar este tema son cada vez más fuertes.
Iñaki Urdangarin pediría 25.000 euros mensuales de por vida, dos millones de euros en concepto de indemnización por un libro que le pidieron escribir y al que renunció, varias propiedades de la costa francesa, mantener sus escoltas y financiar todos los viajes y gastos relacionados con sus hijos. Vivir a cuerpo de rey. El exduque de Palma culpa a la corona de todos sus males, especialmente a Juan Carlos, quien podría haberle salvado de entrar en prisión, sin embargo le hizo pagar para demostrar que la justicia era igual para todos. Desde entonces ha vivido un infierno que no piensa perdonar. El emérito se ofreció a hacerse cargo de los gastos, pero Cristina se niega en rotundo.
Juan Urdangarin reclama a la infanta Cristina el dinero de Iñaki
La infanta Cristina, por su parte, no quiere que en estos momentos sus hijos conozcan a Ainhoa Armentia. También prohíbe a Iñaki casarse con ella, en ese caso perdería todos los beneficios. Por ahora, Miguel e Irene están siempre al lado de su madre. Son los más pequeños y han visto el sufrimiento de la infanta. Se sienten decepcionados con su padre, con quien menos relación tienen en estos momentos. Pablo es el más conciliador de todos, mientras que Juan protege y defiende a su padre a capa y espada. Es el más mayor, y el que más sufrió el caso Nóos. Por ello, pide tanto a su madre como a su abuelo que solucionen las cosas cuanto antes. Iñaki no se lo merece. Les ha hecho incluso chantaje por contarlo absolutamente todo.