Tras dos años de arduas negociaciones legales, Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina finalmente han pactado su divorcio. La firma se realizó en Ginebra a finales de diciembre, según fuentes cercanas. Se rumorea que un abogado de Barcelona, de absoluta confianza, está redactando un comunicado que será publicado en las próximas semanas, anunciando formalmente el fin de su matrimonio. Un proceso tumultuoso que se gestó tras la filtración de fotos del ex duque de Palma con Ainhoa Armentia en Biarritz, dejando al descubierto una relación extramatrimonial.
Todo parece indicar que el exjugador de balonmano finalmente ha logrado obtener la suma de dos millones de euros, recibiendo un primer pago hace unas semanas, seguido de un segundo pago único en estos días. Además, se ha observado un aumento significativo en su salario, pasando de los 6.000 euros mensuales a 25.000, una cantidad que había estado reclamando por concepto de manutención.
Luego de concluir este capítulo de su vida, se especula que Iñaki Urdangarin tiene el anhelo de iniciar una nueva etapa alejado del ojo público, buscando una ocupación que le permita llevar una vida más reservada junto a su nueva pareja, Ainhoa Armentia. Se dice que el ex duque de Palma y la abogada tienen en mente caminar hacia el altar en un futuro cercano, un deseo que han compartido con sus círculos más íntimos. Sin embargo, no todo parece ser sencillo para la pareja, ya que hasta ahora no han logrado reunir por completo a sus respectivas familias en este nuevo camino que emprenden juntos.
La tensión entre la infanta Cristina y su hijo Pablo
De hecho, durante las celebraciones navideñas, se evidenció un cambio notable en la dinámica familiar de Iñaki, al optar por pasar las fiestas sin la presencia de sus hijos, pero en compañía de su madre y Ainhoa. Hasta ahora, los hijos de la abogada y el exjugador de balonmano no han tenido la oportunidad de reunirse en persona, a excepción de Pablo, quien incluso participó en lo que podría describirse como una salida en pareja junto a su novia, Johanna Zott, su padre y Ainhoa Armentia.
Sin embargo, la infanta Cristina ha sido un fuerte obstáculo para reunir a la familia, ya que muestra resistencia a que sus hijos se relacionen con Ainhoa Armentia. A pesar de ello, Pablo ha sido el único que ha mostrado cierto acercamiento privado con ella. Por este motivo, la hija de Juan Carlos I estaría considerando tomar medidas extremas al tensarle la cuerda a su propio hijo, amenazándolo con dejarlo sin herencia si decide mantener el contacto con la amante de su padre.
El ultimátum de Cristina: adiós a la herencia
Cristina ha atravesado momentos difíciles y sus hijos están al tanto de esta situación. Actualmente, ninguno de los otros tres hijos mantiene contacto con la abogada. La infanta les ha advertido de manera contundente que si se encuentran con la pareja de su padre, podrían perder su herencia. Ella es quien posee la mayor parte del patrimonio y se espera que herede la mitad de la considerable fortuna de Juan Carlos I, valorada en unos 1.800 millones de euros.