La vida de la infanta Cristina dio un giro inesperado cuando salieron a la luz las fotos de Iñaki Urdangarin junto a Ainhoa Armentia. La hija de los reyes eméritos Juan Carlos I y Sofía se sintió humillada y traicionada por su esposo, cuyo matrimonio creyó que sería para siempre. La realidad le demostró que su historia de amor no estaba exenta de dificultades, similar a la de otros miembros de la familia real española.
A pesar de la condena de Urdangarin en el caso Nóos, Cristina fue la única que permaneció a su lado, enfrentando a la justicia y soportando el rechazo de la familia real. Su apoyo inquebrantable la llevó a ser apartada del círculo familiar, pero mantuvo su compromiso con su esposo en todo momento.
La infanta Cristina ya había decidido divorciarse de Iñaki Urdangarin cuando fue condenado
La infidelidad de Iñaki marcó el fin de su matrimonio, causando una decepción profunda en Cristina, quien se sintió apuñalada por la espalda después de haber sacrificado tanto por él. La negativa de la infanta a ceder a las demandas de su esposo en el divorcio reflejó su firmeza y dignidad ante la adversidad.
A pesar de los rumores sobre el persistente amor de Cristina por Iñaki, solo ella y sus allegados conocen la verdad. Sin embargo, Cristina demostró su generosidad al realizar un último acto en favor de su ex esposo.
A pesar de todo, la infanta Cristina le hizo un último favor a Iñaki
Según la cronista Pilar Eyre, Cristina mantuvo en secreto su decisión de divorciarse para evitar perjudicar la solicitud de tercer grado de Iñaki, quien había establecido domicilio en Suiza. “Ella quiso que supiéramos que no iba a perdonar a su marido, que ella se enteró de lo que había ocurrido cuando salieron las fotografías, que había decidido divorciarse, y que si no lo dijeron en el comunicado era porque Iñaki estaba pendiente de su tercer grado, había puesto como domicilio Suiza, y eso le perjudicaría para que se lo concedieran".
Este gesto desinteresado revela la profundidad de los sentimientos de Cristina y su deseo de ver a Iñaki recuperar su libertad, a pesar del dolor que le había causado. Aunque su matrimonio ya había caducado, la infanta Cristina salvó la vida de Iñaki Urdangarin al tomar una decisión que le permitió buscar una nueva oportunidad fuera de la cárcel.