Al publicarse las imágenes en las que aparecía Iñaki Urdangarin con Ainhoa Armentia, la prensa rosa intentó recrear la reacción de la infanta Cristina. ¿Qué haría al descubrir que su marido la estaba engañando, justo después de salir de la cárcel y de todo el apoyo que le brindó durante el caso Nóos? Hizo falta un comunicado de “interrupción” matrimonial y más de dos años para ir haciéndose a la idea de esta infidelidad y de la seriedad de su nueva relación. Aunque no fueron los únicos a los que les cambió la vida, también a sus hijos: Juan, Pablo, Miguel e Irene. Ahora se discute ampliamente la implicación de Iñaki como padre.
Si bien los cuatro hijos de la infanta Cristina ya son adultos, todavía requieren del apoyo de sus padres para seguir estudiando, prepararse o simplemente cumplir sus objetivos. Por lo que, en los últimos tiempos, nos ha sorprendido observar cómo ha ido decayendo la relación entre Iñaki Urdangarin y sus hijos. La más afectada es Irene, quien aún no le perdona el affaire a su padre. Como decía Pilar Eyre en Lecturas: “La que peor se tomó las fotos de Iñaki y su amante fue Irene... Quizás por estar muy apegada a su madre, y también por su condición de mujer, se enfadó terriblemente con su padre”.
La benjamina del clan Urdangarin se negó a escuchar explicaciones y dejó claro que no quiere tener ningún tipo de vínculo con su nueva mujer. No obstante, queda claro que el deber de los padres no se extingue cuando los hijos alcanzan cierta edad ni mucho menos por un problema familiar. Así que, ¿cuál es la excusa?
Iñaki Urdangarin no interviene en la crianza de sus hijos, la infanta Cristina se encarga
Los tres hijos mayores de los exduques de Palma ya han decidido qué hacer con sus carreras. Han tenido que dejar el nido para irse a estudiar al extranjero y, en el caso de Pablo, para crecer en el balonmano. Para Irene es distinto, pues acaba de terminar el bachillerato y debía escoger una carrera universitaria. Su plan era estudiar en la Escuela Hotelera de Lausanne (EHL) de Suiza, pero no fue seleccionada. Es por ello que reflexionó sobre las oportunidades que tiene a su regreso del voluntariado en Camboya.
Su prima, Victoria Federica, le aconsejó seguir sus pasos en el mundo de la moda y las redes sociales. No obstante, Cristina no apoya esta solución. Le dijo que debe graduarse y tener una profesión. “Doña Cristina rechaza cualquier tipo de exposición mediática que pueda dañar la imagen de sus hijos”, señalan.
A todas estas, Urdangarin no toma partido. Se mantiene al margen de cualquier decisión que pueda afectar la vida de sus hijos. Su intención es empezar de cero, reconstruir una vida con Ainhoa Armentia. Más allá de ser un referente para Pablo en el balonmano, no es un padre al uso. Es la hermana del rey quien se encarga de los retoños, hace frente a sus gastos y los guía.
Muchas veces, ser padre requiere tomar decisiones radicales y destruir ciertas aspiraciones de los hijos. No es una misión ideal, de hecho, suele disminuir la popularidad en el hogar. La infanta Cristinalo sabe muy bien, a ella le toca hacer el “trabajo sucio”, mientras Iñaki Urdangarin solo se preocupa por ver a sus hijos en vacaciones o en ocasiones especiales.