El divorcio entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin está generando mucha atención. Aunque parece que los ex duques de Palma han completado los trámites del divorcio y un abogado en Barcelona estaría redactando un comunicado que se hará público en los próximos días, posiblemente después de las festividades navideñas, las conversaciones han llevado varios meses en concretarse.
La prolongación de este proceso se debe en gran medida a las demandas y pretensiones de ambos: el ex jugador de balonmano ha sido inflexible en sus requerimientos financieros (buscando una pensión mensual de 25.000 euros, una indemnización de dos millones de euros y varias propiedades), mientras que la infanta ha mostrado un interés más centrado en lo emocional, considerando que su matrimonio se deshizo debido a la infidelidad de Iñaki con Ainhoa Armentia.
Debido a esta situación, la infanta se muestra firme en no ceder después de sentirse humillada y traicionada por el padre de sus cuatro hijos. En su visión, la conducta de Iñaki ha sido completamente reprobable después de más de dos décadas de matrimonio, especialmente teniendo en cuenta que ella renunció a su estatus real por amor. Durante todo ese tiempo, ella estuvo a su lado, respaldándolo y defendiéndolo, incluso cuando su unión se deshacía en todos sus aspectos. El exjugador de balonmano la engañó con otra mujer mientras su matrimonio se desmoronaba, y aunque ella albergaba la esperanza de resolver las cosas a través del diálogo, esa oportunidad nunca se materializó.
Reglas y restricciones: límites claros impuestos
Han transcurrido dos años desde que anunciaron su separación, justo cuando se filtraron fotografías de Iñaki Urdangarin caminando por la playa de Biarritz junto a Ainhoa Armentia. Desde entonces, se desencadenó una prolongada batalla legal que parecía no tener fin. Sin embargo, la hija de los reyes eméritos está determinada a establecer límites en la relación de su ex esposo con la abogada de Vitoria. Por esta razón, dejará claramente estipulado que prohíbe explícitamente a Iñaki Urdangarin casarse con su actual pareja si quiere conservar su manutención. ¿La razón? Cristina no está dispuesta a asumir los gastos de Ainhoa Armentia. No le hace ninguna gracia financiar el estilo de vida de la novia de su ex marido mientras él sigue bajo su responsabilidad financiera.
La infanta Cristina compra el silencio de Iñaki Urdangarin
Además, si Iñaki Urdangarin quiere mantener la mayor parte de los 25.000 euros que su exmujer le enviará cada mes, debe cumplir con dos reglas estrictas adicionales impuestas por la infanta. Según han revelado varios medios especializados, la infanta Cristina exige que él no resida en Barcelona, manteniéndose alejado de su círculo social. La tercera condición ya se conocía desde el principio: la hermana de Felipe VI ha prohibido a su exmarido hablar sobre todo lo ocurrido en su matrimonio, incluido el caso Nóos. Si incumple su palabra y termina filtrando información, el dinero se acabará.
El divorcio entre la infanta Cristina y el ex duque de Palma parece estar cada vez más cerca, pero mientras tanto, la batalla continúa y los términos se vuelven más estrictos. La historia de este matrimonio real aún tiene muchos secretos por desvelar y parece que ninguno de los dos está dispuesto a ceder terreno en esta guerra de emociones y finanzas.