Desde el año 2013, la Infanta Cristina ha encontrado en Ginebra, Suiza, su refugio y hogar. Un lugar donde crió a sus cuatro hijos y escapó del huracán mediático que acompañó al infame caso Nóos. Sin embargo, como se suele decir, "la vida son etapas", y hoy, la hija del rey Juan Carlos enfrenta una nueva etapa en su vida, una que le ha llevado a tomar decisiones trascendentales. Según fuentes cercanas al entorno de Cristina, la Infanta está experimentando el "síndrome del nido vacío", esa sensación que embarga a los padres cuando ven partir a sus hijos del hogar familiar. Sus cuatro hijos, Juan Valentín, Pablo, Miguel e Irene, han emprendido caminos propios, y doña Cristina, aunque entiende que es ley de vida, ha decidido replantear la suya.
Un cambio motivado por el futuro de su hija
Su hija menor, Irene Urdangarin, ha decidido estudiar en École Hôtelière de Lausanne, una prestigiosa universidad a más de una hora de distancia de su hogar en Ginebra. Consciente de la dedicación que requerirá su carrera, Irene planea mudarse para evitar largas horas de viaje diario. La Infanta, siguiendo el ejemplo de su hija, también contempla un cambio. Según las fuentes, la ex duquesa de Palma "quiere regresar a España, ya que nada la ata a Ginebra si su hija se muda". Así, la hermana de Felipe XI se dispone a construir una nueva vida en Madrid.
Sin embargo, no todo es tan sencillo como parece. A pesar de su deseo de regresar a España, Cristina se encuentra con un gran obstáculo: la reina Letizia no le permite dormir en Zarzuela, ni siquiera en el ala del Palacio en el que reside su madre, la reina Sofía, y su tía Irene. Esta tensión entre las dos cuñadas tiene sus raíces en el pasado, específicamente en el Caso Nóos.
Cuando el escándalo estalló, Letizia presionó para que se apartara a Cristina y a su esposo, Iñaki Urdangarin, de la Familia Real, revocándoles sus títulos y responsabilidades institucionales. A pesar de que la Infanta Cristina ya no tiene asuntos legales pendientes, la distancia entre ella y la reina parece insuperable. Desde entonces, su relación ha estado caracterizada por la desconfianza y la rivalidad, lo que hace improbable que puedan compartir el mismo espacio.
Un nuevo capítulo en la vida de Cristina
A pesar de la tensión con Letizia, Cristina busca un nuevo comienzo en su vida, dejando atrás los años de turbulencia y el exilio voluntario en Suiza. Además de su deseo de estar cerca de su familia, la Infanta está en proceso de divorcio y quiere reconstruir su vida junto a sus hijos. Para ello, está considerando establecer su nuevo hogar en zonas exclusivas de Madrid, como Puerta de Hierro o La Moraleja, donde cuenta con amigos cercanos y donde el apoyo financiero de su padre, el rey emérito Juan Carlos I, le permitiría mantener un nivel de vida cómodo. Además, el emérito también estaría dispuesto a contribuir en la cobertura de los gastos de la pensión mensual de 25.000 euros que Urdangarin ha solicitado después del divorcio.