La infanta Cristina, aunque no siempre en el centro de la atención mediática, ha revelado un aspecto poco conocido de su vida: su elección de ser vegana. Este estilo de vida, que evita el consumo de productos de origen animal, es un reflejo de su profundo amor y respeto por todas las criaturas vivientes. Para la infanta, este compromiso con el veganismo es más que una simple dieta; es una forma de expresar sus valores y principios éticos.
Sin embargo, lo que resulta aún más interesante es el contraste entre la infanta Cristina y su cuñada, la reina Letizia, en este aspecto. Mientras que la infanta abraza una filosofía de compasión hacia los animales, la reina Letizia ha sido criticada por su participación en actividades como la caza y los safaris, prácticas que implican la muerte de animales y la exhibición de sus trofeos. Esta divergencia de valores ha llevado a la infanta Cristina a expresar abiertamente su desaprobación hacia la conducta de su cuñada recientemente.
La infanta Cristina siempre ha visto con malos ojos a su cuñada por esto
Para la infanta, el respeto hacia los animales es una parte integral de su ética personal, y ver a su cuñada participar en actividades que implican daño hacia ellos es motivo de profunda consternación. Su posición como defensora de los derechos de los animales se ve reforzada por su propia elección de adoptar un estilo de vida vegano, que es coherente con sus creencias y convicciones.
Es interesante observar cómo esta discrepancia en las prácticas alimenticias y el trato hacia los animales entre dos miembros destacados de la familia real española puede generar tensiones y conflictos internos. Mientras que la infanta Cristina aboga por una vida en armonía con el medio ambiente y todas sus criaturas, la reina Letizia parece estar más inclinada hacia actividades que implican la explotación y la violencia hacia los animales. De hecho, la propia esposa de Felipe VI ha participado en cacerías, e incluso se comenta que tiene “trofeos” en el palacio.
Este contraste no solo destaca las diferencias individuales entre los miembros de la familia real, sino que también pone en duda en sí alguien con tanto alcance como Letizia debería disfrutar de estas prácticas. La cacería como deporte es algo que con el paso del tiempo ha sido cada vez más penalizado, y Juan Carlos I ya tuvo problemas con esto hace muchos años atrás.
La infanta Cristina siempre ha estado en contra de estas prácticas y ha abogado por la vida de cualquier criatura, más aún si de un animal se trata, pero nunca antes había sido tajante con sus palabras así como lo fue con Letizia. Con sus declaraciones y su pensamiento no hace más que poner en una posición mucho más difícil a la reina consorte, la cual de por sí no está pasando por el mejor momento de su carrera.