Por mucho que los reyes actuales se esfuercen día y noche en escapar de la sombra de Juan Carlos I y todo lo que eso conlleva, inevitablemente sus influencias, y especialmente, su dinero, sigue desplazándose por las cuentas bancarias de varios miembros de la familia real, aunque ellos lo nieguen, o directamente no digan nada.
La infanta Cristina, en el ojo del huracán
De los tres hijos oficiales de Juan Carlos I, quien más salta a la vista cuando hablamos de fondos opacos es la infanta Cristina, aún esposa de Iñaki Urdangarin en proceso de divorcio, el ex duque de palma ya ha pasado un par de años en prisión a modo de chivo expiatorio, mientras que la infanta simplemente fue multada sin mayores consecuencias, cosa que, por ejemplo, a su hijo Juan Valentín resulta injusto, pues asegura que su padre está pagando por crímenes que no necesariamente le corresponden.
A partir del libro King Corp. El Imperio nunca contado de Juan Carlos I, de los periodistas José María Olmo y David Fernández, se ha podido extraer información alusiva a los negocios turbios del rey emérito y sus asociados, según testimonios, incluso las infantas recibirían fondos de parte de Juan Carlos I, obtenidos de fuentes de dudosa procedencia.
En el libro se menciona mucho a un mexicano de nombre Allen Sanginés-Krause, muy amigo del rey emérito y que con el paso de los años lo habría ayudado en sus negocios más alejados de la ley, en King Corp se puede destacar especialmente una parte dedicada al año 2017, momento en el cual Juan Carlos I estaba completamente despreocupado y el mexicano no hacía más que seguir llenando su cuenta bancaria por medio de “nuevas vías”, por su parte, el emérito habría transferido estos fondos al rey y su familia, incluídas evidentemente las infantas Cristina y Elena.
Según la información recopilada por los periodistas, dicho dinero llegaría de una cuenta militar en Ibercaja, “usan esos fondos durante años para comprar caballos, pagar viajes y sufragar hasta desplazamientos por Madrid en Uber”, nadie se salvaba de recibir el dinero de Juan Carlos I, y muy probablemente nadie se quejaría demasiado al respecto, hasta que los negocios empezaron a salir a la luz.
La “traición” a Juan Carlos I y las posteriores complicaciones para la infanta Cristina
A lo largo de su “amistad”, el emérito confió a Sanginés-Krause la cantidad de 20 millones de euros, la intención era invertirlos y posteriormente devolvérselos al padre de Felipe VI. En 2018 explotó la bomba cuando el emérito preguntó por su dinero, a lo cual el mexicano respondió que la inversión había sido “un desastre”, el dinero simplemente se esfumó y no se supo de él, jamás.
Toda esta información, así como lo es para Juan Carlos, dejaría muy mal posicionada a casi toda la casa real, incluída la infanta Cristina, quien entre su divorcio en curso con Iñaki Urdangarin y todo el dinero que ofrece pagar al ex duque de Palma, da a pensar cuánto de ese dinero puede provenir de dichas “fuentes” que se mencionan en el libro, manchando la ya afectada imagen de la infanta Cristina, y evidentemente, el resto de su familia.