Fue hace ya muchos años, en 1997, cuando Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina se casaron dando un paso más que evidente en una relación que, hoy en día, forma ya parte del pasado de los dos, entre otras cosas porque hace apenas unos meses firmaron el divorcio.
Una relación que, eso sí, no fue siempre también vista a nivel interno como se planteó a nivel externo. Así, si bien es cierto que siempre se había dado la impresión de que Iñaki Urdangarin había entrado por la puerta grande en la Zarzuela ganándose la confianza de sus futuros suegros, lo cierto es que fue precisamente Juan Carlos I, que entonces aún era el rey de España, el que le dejó muy claro a su hija que Iñaki no era de fiar.
La doble relación de Iñaki Urdangarin
Como no podía ser de otra forma, desde la institución se siguieron los pasos muy de cerca de Iñaki cuando ya se supo que había empezado una relación sentimental con la infanta Cristina. Fue allí cuando él hoy emérito descubrió que Urdangarin había estado llevando una especie de vida paralela, combinando el noviazgo de la infanta Cristina con una relación que tenía desde hace tiempo con Carmen Camí.
Es más, pese a que evidentemente ninguno de los dos la visa oficial, desde el entorno de Iñaki aseguraban entonces que los planes de Urdangarin no eran otros que los de casarse con Carmen, pero la entrada en juego de la infanta Cristina cambió los planes del jugador de balonmano.
Ese comportamiento junto a otros fue lo que hizo levantar sospechas al rey Juan Carlos, que evidentemente no quería que su hija se metiera de lleno en una relación con un hombre que no tenía en la fidelidad uno de sus mejores características. El problema en su caso es que, más allá de que Cristina le dejara muy claro que ella estaba muy enamorada de Iñaki, tampoco el entonces rey podía presumir de tener mucha autoridad y credibilidad en estos temas.