Todos los que estén más o menos al tanto de la batalla legal que se libra entre la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin saben que no se trata de un divorcio más, no es cualquier divorcio ni las consecuencias de lo que allí se decida se limitan a la pareja, se trata de una extensión del caso Nóos y por consiguiente podría acarrear consecuencias a otros miembros de la familia real, y aunque no les generase problemas legales, sí podría crear una mancha muy difícil de borrar de la imagen pública de la realeza, desde Juan Carlos I hasta Felipe VI. Nadie se salva.
Los trapos sucios de la infanta Cristina podrían quedar al descubierto
Una de las razones por las que no se había dado finiquito a los acuerdos del divorcio entre la hermana del rey e Iñaki Urdangarin se debe a que esperaban que la hija menor del matrimonio, Irene Urdangarin, cumpliera la mayoría de edad para dar cierre a todo por notaría, la obvia intención de esto es evitar filtraciones no deseadas, a fin de cuentas, lo que menos quiere la realeza es que se filtre más información sensible que los afecte negativamente, en cuanto a Iñaki Urdangarin, mantiene la mano ganadora sobre la mesa, él solo tiene un objetivo, sacarle tanto dinero y propiedades como pueda a la realeza, su silencio le va a salir bastante caro a la familia de Felipe VI, pero con las cosas que debe saber el jugador de balonmano, no debe ser buena idea el arriesgarse a que hable.
En su momento Iñaki Urdangarin fue el único de la realeza que pisó la cárcel a causa del descubrimiento del caso Nóos, en cambio, la infanta Cristina no tuvo más que pagar una multa, su implicación en el caso quedó evidentemente suavizada, a diferencia de su esposo, que fue el chivo expiatorio de todos los demás involucrados.
La venganza es un plato que se sirve frío
Cuando Iñaki Urdangarin ingresó a la familia real, el entonces rey, Juan Carlos I fue uno de los que más le tendió la mano, le facilitaba contactos que le permitían llevar sus negocios con soltura, todo esto hasta que junto a su profesor Diego Torres fundó el Nóos Consultoría Estratégica, lo que se terminaría convirtiendo en el Instituto Nóos, lo que empezó como una organización sin fines de lucro se convirtió eventualmente en una preocupación para Juan Carlos I, por lo que se encargó de que su yerno fuera monitorizado para que él pudiese estar al tanto de sus actividades.
Doloroso debió ser para Iñaki Urdangarin que cuando todo el caso fue destapado, lo primero que sugería Juan Carlos I a su hija era separarse inmediatamente de su esposo, por su parte la infanta Cristina defendió a Iñaki Urdangarin a capa y espada, pero a día de hoy, podemos ver cómo han cambiado las tornas y Juan Carlos I se muestra complaciente con el jugador de balonmano, a sabiendas de que no comprar su silencio puede convertirse en un escándalo para toda la familia real.