Este 5 de agosto se cumplirán dos meses desde que Iñaki Urdangarin y la infantaCristina podían firmar el divorcio libremente en un notario, sin necesidad de pasar por el juzgado para evitar posibles filtraciones. Sin embargo, la separación todavía no se ha consumado en lo legal. Y a Iñaki se le empieza a agotar la paciencia.
Corría el 5 de junio cuando Irene Urdangarin, la hija pequeña de la familia, cumplió 18 años. A partir de aquel día sus padres podrían divorciarse en un notario. Y se esperaba que ocurriera en los días siguientes. Pero no fue así. Del mismo modo, se marcó en el calendario el 16 de junio como la siguiente fecha clave. Ese día se celebró la fiesta de graduación de Irene, en la que coincidieron Iñaki, Cristina y el rey emérito Juan Carlos. Un encuentro en el que se especuló que podrían haber cerrado los últimos detalles de la separación. Y es que el padre del rey Felipe VI era quien iba a pagar los dos millones de euros que reclamaba Urdangarin, al margen de una pensión vitalicia de 25.000 euros, para guardar silencio sobre los secretos que conoce sobre Juan Carlos y otros miembros de la casa real. Al fin y al cabo, Iñaki solo fue una cabeza de turco entre numerosos delitos financieros.
Pero después de aquel 16 de junio tampoco pasó nada. Y ahora, cuando están a punto de cumplirse dos meses desde que Irene es mayor de edad, sigue sin producirse el divorcio oficial.
Iñaki Urdangarin exige una solución definitiva
Una situación que tiene impaciente a Iñaki. Al ex jugador de balonmano no le falta para vivir. Juan Carlos, a través de la infanta, se ha encargado de mantener económicamente a Urdangarin. Pero con lo justo y necesario. Desde que salió de prisión varias fuentes han asegurado que no tenía ni para pagar los cafés, que tenía que pedírselo a sus amigos, y que estos le prestaron en muchas ocasiones.
Pero el cuñado de Felipe VI quiere poner punto y final a este episodio. Quiere hacer su vida sin preocupaciones y tiene planes que quiere cumplir con Ainhoa Armentia que requieren de dinero al que no llega con lo que le pasa Cristina. Necesita firmar el divorcio y encontrar trabajo. Y exige una solución inmediata. Si no, hablará.