Parece que el divorcio entre Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina está a punto de hacerse realidad después de más de un año. El ex duque de Palma ha dejado atrás su vida anterior y ha comenzado una nueva aventura en Vitoria al lado de Ainhoa Armentia. Según se cuenta, se conocieron en el bufete de abogados donde ella trabaja, pero parece que Iñaki ya no necesitará seguir en ese empleo. Y no es para menos, porque la madre de sus hijos está dispuesta a desembolsarle una suma jugosa que le permitirá vivir sin complicaciones. Será el rey emérito Juan Carlos I quién pagará las facturas.
Para asegurar su silencio, tal como afirmó Juan Luis Galiacho, "la Infanta Cristina tendrá que pasarle al padre de sus hijos la increíble cantidad mensual de 25.000 euros, una indemnización de dos millones de euros y transferir a su nombre varios inmuebles, incluyendo la propiedad que la pareja posee en la localidad francesa de Bidart".
Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia, ‘nuevos ricos’
Mientras tanto, Irene Urdangarin, la hija menor de esta pareja, ha sido una figura clave en la demora de este divorcio. Se dice que a partir de su cumpleaños número 18, Iñaki y Cristina ya pueden enfrentarse en un notario, ya que si lo hicieran en un juzgado podrían haber filtraciones indeseadas. Como persona dependiente de ellos, Irene tendría que haber dado su aprobación al acuerdo de divorcio.
Muchos creen que este beneficioso acuerdo se debe al silencio que ha guardado Iñaki Urdangarin a lo largo del tiempo, a la no publicación de unas memorias muy comprometedoras para la casa real, Juan Carlos y alguno de sus amigos, y consideran que también es un agradecimiento hacia el ex duque por haber asumido unilateralmente las consecuencias del caso Nóos.
Vida a todo trapo a costa de Juan Carlos
Pero eso no es todo lo que Iñaki Urdangarin obtendrá, pues tendrá a su disposición un escolta incluso después de que el divorcio con la infanta Cristina sea oficial. De esta manera, podrá garantizar su seguridad y privacidad, y también la de Ainhoa Armentia.
Gracias a esta pensión, el padre de Pablo Urdangarin podría disfrutar de una vida sin trabajar por el resto de sus días. No se prevé que este desembolso represente ningún problema para la infanta Cristina. Como hemos mencionado antes, papá paga la fiesta.