La historia de amor entre Felipe y Letizia empezó en una cena organizada por Pedro Erquicia en su ático de Madrid. Allí se conocieron cuando ambos estaban solteros. Y poco después empezaron a verse en secreto para evitar que la prensa se enterara de su relación. Una relación de la que Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina fueron cómplices, pues les prestaban su casa en Barcelona como refugio. Por aquel entonces la relación de la reina con su futura cuñada y su marido era muy positiva. La presentadora de informativos hizo buenas migas con la familia Urdangarin.
Sin embargo, pronto Letiziadescubrió que había un traidor entre ellos. Iñaki Urdangarin, el exduque de Palma, fue quien pasaba información confidencial a la prensa y a su primo David Rocasolano, quien escribió una biografía no autorizada de la entonces princesa, con su supuesto aborto como protagonista.
La traición de Iñaki Urdangarin destruyó su buena relación con la reina Letizia
Letizia descubrió el pastel cuando esperaba a su primera hija, Leonor. Letizia sabía que el bebé sería una niña y que se llamaría Leonor, pero decidió poner a prueba la lealtad de su círculo cercano. Y en una confidencia a Iñaki Urdangarin, les dijo que sería un niño llamado Pelayo. Curiosamente, poco después se publicó esta información errónea, lo que confirmó las sospechas de Letizia.
La confianza entre Iñaki Urdangarin y Letizia se rompió, y la relación llegó a su fin. El ex duque de Palma había traicionado la confianza de la princesa, y esto tuvo un impacto significativo en la relación entre la Casa Real y la familia Urdangarin. Como resultado, Letizia no permitió que su familia se instalara en Zarzuela para el bautizo de su hija Irene, ni asistió al 40 cumpleaños de Iñaki.
Iñaki, vengativo, se burla de la consorte
Aquello dolió mucho a Iñaki, que a partir de entonces empezó a burlarse de la reina a sus espaldas. El ex jugador de balonmano recogió uno de los apodos que le habían puesto los amigos de Felipe: "la chacha".
Pero no era el único apodo despectivo que se usaba en ese círculo. Letizia a menudo tenía una palabra malsonante en la boca, lo que llevó a que la apodaran como "la jolines". Asimismo, Iñaki Urdangarin llegó al extremo de escribir correos electrónicos a sus amigos y a su esposa para burlarse de Letizia. “¿En qué se parece el Príncipe Felipe y el Real Madrid? En que los dos se fo**an ALALETI”, decía uno de ellos.