Fue hace ya unos meses cuando muchos de los expertos en la casa real anunciaron que iba a ser en el mes de julio cuando, coincidiendo con el 18 aniversario de la hija menor de Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina, Irene, la hermana del rey y el ex jugador de balonmano y van a firmar definitivamente su divorcio poniéndose fin a meses de negociaciones.
Sin embargo, apenas faltan unos días para que acabe este año y el acuerdo sigue sin firmar. Parece ser que Iñaki Urdangarin modificó en el último momento algunas de sus exigencias económicas para firmar el acuerdo, algo que me gustó para nada a la infanta Cristina y que provocó que fuera esta la que paralizara las negociaciones.
Como no podía ser de otra forma, más allá de que la pareja esté rota desde hace ya muchos años, no es un pocos los que están empezando ahora a dejar caer que, a diferencia de lo que se ha hecho creer durante mucho tiempo, los problemas de la pareja no vendrían precisamente del lado de Iñaki, sino que la infanta Cristina tendría también buena parte de culpa.
La infanta Cristina provocaba ciertas sospechas en el entorno de la pareja
Así lo ha apuntado Nacho Gay en su libro Relato de un naufragio en el que asegura que una de las personas más cercanas a la pareja, el capellán de Brieva, tenía ciertas dudas acerca de la doble vida de la hermana de Felipe VI.
“Eso sí, el capellán nunca dudó de Iñaki, lo hizo más de Cristina, porque las conversaciones que mantuvo con su amigo dejaban deslizar un sentimiento de decepción de Urdangarin como marido por el comportamiento de su esposa en los últimos años, al contrario de lo que piensan casi todos los mortales: que ella ha sido siempre la víctima y él el verdugo”, apunta el escritor en el citado libro.
Así, si bien es cierto que lo que realmente dinamitó la relación fue la aparición en varias portadas de las primeras imágenes de Iñaki con su nueva pareja, Ainhoa Armentia, empiezan aparecer ahora voces que aseguran que la hermana de Felipe VI no tenía un comportamiento tan ejemplar como muchos creyeron.