Iñaki Urdangarin deja atrás su historia pasada y comienza una nueva etapa junto a Ainhoa Armentia, quien es conocida por su discreción y calma. Por fin, la vida pública del exjugador de balonmano se desvanece, tras un año lleno de presión mediática, persecuciones de los medios y preguntas incansables. Lejos de los rumores de crisis, el exduque de Palma y su nueva pareja celebran un año de amor.
El encuentro entre Ainhoa e Iñaki tuvo lugar en el bufete de abogados Imaz & Asociados, donde ambos trabajaban, y allí nació su amor. Tras obtener la libertad condicional, Iñaki dejó el bufete y se adentró en el mundo del coaching deportivo, mientras que Armentia sigue en su puesto actual, aunque planea dejarlo pronto. Según El Español, ella tiene intenciones de unirse a Iñaki en el negocio del coaching como socia, aventurándose juntos en un proyecto propio.
La pareja tiene grandes planes para el futuro que les inspiran ilusión. Según informaciones de ‘Ya es mediodía’, han encontrado una casa en Vitoria donde establecerse. Después de buscar durante algún tiempo una propiedad que cumpliera con sus requisitos, finalmente encontraron una en una zona privilegiada de la ciudad, en una urbanización tranquila y selecta.
Iñaki y Ainhoa viven juntos en la urbanización más exclusiva de Vitoria
La casa se ha convertido en su punto de reunión, donde pasan tiempo juntos, aunque aún no viven juntos formalmente. Prefieren ser cautelosos y avanzar con paso firme para evitar complicaciones. La prioridad es preservar su relación y avanzar a un ritmo cómodo. La tramitación del divorcio de Iñaki con Cristina está en marcha, y una vez finalizado, es probable que den el paso definitivo hacia la convivencia. Sin embargo, las preocupaciones por los hijos adolescentes de Ainhoa y la delicada salud de la madre de Iñaki son factores que también influyen en su decisión.
La situación del divorcio entre Iñaki y Cristina es más compleja debido a las numerosas cláusulas, mientras que Ainhoa ya está divorciada de Miguel, el padre de sus hijos, en términos amigables. Mantienen una relación excelente, incluso compartiendo la casa familiar. Los amigos y familiares cercanos de Iñaki y Ainhoa ya se conocen mutuamente, pero los hijos de ambos aún no se han encontrado, lo cual plantea otro desafío en el horizonte.