La princesa Charlene de Mónaco se ha convertido en el centro de atención tras lucir un rostro completamente diferente, el que, según varios medios, estaría basado en los cambios estéticos a los que se habría sometido en los últimos tiempos.
Cambio físico de Charlene
Si retrocedemos un poco y echamos la vista atrás, no queda mucho de aquella joven que era presentada al pueblo como la pareja oficial de Alberto de Mónaco. La exnadadora sudafricana ha evidenciado a lo largo de todos estos años varios cambios en su rostro que han conseguido cambiar por completo su apariencia.
Desde el principio Charlene dio muestras de su timidez, pero lucía discretas sonrisas y su maquillaje y su peinado todavía eran ligeros y naturales. Sin embargo, en aquel entonces todavía no había recurrido a la cirugía estética para retocar su tabique nasal, tenía el cabello más largo, los labios menos carnosos y la mirada más caída.
En la actualidad luce muy diferente a aquella época, ya se ha operado la nariz, se ha inyectado ácido hialurónico en los labios, se ha rellenado los pómulos y otros puntos estratégicos del rostro y se ha sometido a peelings químicos para eliminar las pecas de su piel. Por otro lado, también habría recurrido al bótox con regularidad para mantener un rostro marcado. Pero eso no es todo, su dentadura también ha sido modificada para conseguir una sonrisa perfecta ante las cámaras.
Lo cierto es que a pesar de todos los retoques estéticos a los que se ha sometido, la princesa no se encuentra físicamente en su mejor momento, y en su última aparición pública las luces indirectas no le han ayudado en absoluto y han dejado ver todos los cambios que ha sufrido a lo largo de estos años.
Charlene tiene un aspecto poco favorecedor
En una de sus últimas apariciones la luz con la que fue enfocada dejó a la vista todo lo que la mujer de 45 años se ha hecho. La revista Semana afirma que la princesa se ha hecho un completo de nariz, boca, dientes, labios, pecas, pómulos y bótox, y los efectos de sus diferentes tratamientos estéticos se manifestaron en unos relieves muy pronunciados en los pómulos y sombras bajo los ojos.
Sobre esto los expertos alertan que sucede cuando se abusa de estos retoques porque la piel se afina demasiado hasta el punto de manifestar líneas de arrugas que poco tienen que ver con el envejecimiento natural. Una mujer nadadora, rubia, espectacular convertida en una mujer operada y con una permanente cara triste.
Todo el rostro de la princesa Charlene parece falso, su nariz, sus pómulos, su boca... nada parece encajar en esa cara y si echamos para atrás nos damos cuenta de que, nada tiene que ver con lo que era originalmente antes de someterse a todos esos cambios. Aunado a todos estos retoques, debemos destacar lo afligida y deprimida que presuntamente está la royal después de involucrarse en un matrimonio arreglado que no la hace feliz desde el día uno.