Charlene de Mónaco ha vuelto a hacer gala de su amor por la natación al participar en actividades de salvamento acuático junto a jóvenes jugadores de rugby en el Torneo de Santa Devota de Rugby de Mónaco. Sin embargo, lo que más ha llamado la atención no ha sido su destreza en el agua, sino su elección de atuendo: un traje de neopreno en lugar del tradicional bikini o bañador.
Conocida por su pasión por la natación olímpica, Charlene ha dejado claro que su vínculo con el deporte sigue intacto a pesar de haber abandonado su carrera profesional para convertirse en princesa hace más de una década. Su decisión de usar un traje de neopreno no solo le proporcionó comodidad durante las actividades, sino que también la protegió del agua y del clima, manteniendo su temperatura corporal estable.
La princesa Charlene desafía las normas con estilo
Durante sus días como atleta profesional, Charlene Wittstock, nombre de soltera de la esposa del príncipe Alberto, solía optar por los tradicionales bañadores de natación. Sin embargo, en la actualidad ha optado por un enfoque más conservador, eligiendo trajes de neopreno que, si bien son prácticos, también ofrecen beneficios adicionales. La elección de este tipo de traje no solo es fundamental en el equipamiento de cualquier deportista acuático, sino que también es crucial resaltar su utilidad en situaciones de rescate, ya que ayuda a mantener la temperatura corporal en casos de emergencia. Además, gracias al material con el que están fabricados, estos trajes proporcionan una gran libertad de movimiento y flexibilidad en el agua, lo que resulta especialmente útil para alguien como ella, que ha estado involucrada en actividades acuáticas durante gran parte de su vida.
Este cambio de look ha sorprendido a muchos, ya que Charlene siempre ha destacado por su elegancia y sofisticación. Sin embargo, demuestra su capacidad para adaptarse a cualquier situación, incluso en eventos deportivos, priorizando su pasión por encima de su imagen pública en el Principado. Eso sí, su interés por el deporte no es nuevo: en 2020, patrocinó una carrera benéfica en bicicleta acuática entre Córcega y Mónaco, donde incluso se alzó con el primer lugar, destacando su destreza física en diferentes disciplinas acuáticas.
El legado de Charlene: pasión por la natación y compromiso con la seguridad
Ahora bien, además de su participación activa en actividades deportivas, Charlene ha compartido su pasión por la natación con sus hijos, Jacques y Gabriella, quienes comparten su fascinación por el agua. La sudafricana no solo les ha inculcado la importancia de la natación, sino que también ha compartido sus conocimientos sobre primeros auxilios y natación profesional con otros jóvenes, demostrando su compromiso con la seguridad y el bienestar en el agua. Así, con un estilo acuático poco convencional, Charlene dejó claro que su amor por el deporte sigue intacto, demostrando que se mantiene en excelente forma física incluso después de haber superado una grave enfermedad que la mantuvo alejada del Principado durante varios meses.