Es de sobras conocido que, más allá de todas las polémicas que se han vivido en los últimos años en torno a la familia real y que han tenido a Juan Carlos I y Iñaki Urdangarin, sus principales protagonistas, uno de los miembros de la institución que más ha dado de qué hablar en los medios ha sido el hijo de la infanta Elena y de Jaime de Marichalar, Froilán.
Un Froilán que acabó siendo el protagonista de tantas polémicas en los últimos tiempos que desde la institución se decidió tomar una decisión drástica con él, y que el sobrino de Felipe VI siguiera los pasos de su abuelo materno y se fuera a vivir a Abu Dabi, donde vivía ahora mucho más tranquilo y alejado de los focos, aunque en ningún caso lleva una vida tan lujosa y tan activa laboralmente como se ha vendido en los últimos tiempos.
El presunto trastorno del hijo de la infanta Elena
Que han sido siempre las novedades de la casa real la prensa del corazón sabes muy bien que uno de los problemas que ha tenido siempre el hijo de la infanta Elena y de Jaime de Marichalar ha sido su comportamiento y sus actitudes en muchos casos, un comportamiento que le ha provocado muchos problemas.
No es casualidad entonces que una de las presentadoras más populares en España, Susana Griso, apuntara en su día que Froilán “es un chaval al que se le han resistido los estudios por una hiperactividad más que evidente", apuntando también que "Es un chaval al que le cuesta encajar".
En este sentido no son pocos los que aseguran que Froilán sufre un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), un trastorno que puede acabar derivando en problemas para prestar atención, controlar conductas impulsivas (pueden actuar sin pensar cuál será el resultado) o ser excesivamente activos.
Evidentemente desde la Zarzuela nunca se ha dado una información en este sentido, pero es evidente que, teniendo en cuenta los diferentes problemas que ha tenido Froilán a lo largo de su vida, no sería casualidad que el hijo de la infanta Elena tuviera una hiperactividad por encima de la media.