En su corta vida, el ‘ojito’ derecho de Juan Carlos I ha sido el protagonista de grandes travesuras. Cuando Froilán era un niño, esta rebeldía resultaba graciosa por estar vinculada a la realeza española. Hasta que creció, la magnitud de los líos y su frecuencia se volvieron alarmantes. A tal punto que se convirtió en objetivo de la prensa. Sea como sea, todos los escándalos previos han servido para el estilo de vida que lleva ahora. En Abu Dabi tuvo que ingresar a una clínica privada de desintoxicación.
Fue el pasado mes de febrero que se dio a conocer la mudanza de Froilán a Abu Dabi bajo el amparo del rey Juan Carlos I. Inició su trayectoria laboral en la compañía petrolera Abu Dhabi National Oil Company (ADNOC). Al parecer, la infanta Elena arregló todo para el cambio de vida de su primogénito, cansada de los escándalos y de la persecución de la prensa. Así que se fue sin billete de vuelta, aunque ha visitado su tierra natal durante vacaciones y en festividades señaladas. Y a pesar de vivir de forma holgada, con una oferta laboral inmejorable y disfrutando de muchos lujos, sus primeros meses fueron difíciles.
La adaptación no fue rápida y, según dicen, discutió con su madre en múltiples ocasiones para hacerle saber su descontento. Después de varios meses, el hijo de Elena y Jaime de Marichalar está mejorando. En gran medida, por la clínica privada de desintoxicación a la que asiste. Aparece serio en sus últimas fotografías, pero su transformación es innegable.
Froilán asiste a una clínica para desintoxicarse y luce más saludable
Todo indica que el plan de la infanta Elena está funcionando mejor de lo previsto. El guía de su hijo mayor en el proceso no ha sido otro que Juan Carlos. Y es que el rey emérito se enfoca en su salud desde hace algunos años, va recuperando la movilidad y hay grandes esperanzas para su futuro. Poco después de llegar a la región árabe, acudió a una clínica que emplea la medicina oriental para desintoxicar el cuerpo. Los efectos son notables, en cuestión de meses logró perder 12 kilos. Así que, satisfecho con sus resultados, llevó a su nieto favorito a dicho centro de salud.
Factores como la genética, las costumbres, los hábitos de vida y las condiciones climatológicas afectan la salud y la esperanza de vida de las personas. La población asiática, en ese sentido, está un poco más avanzada. Su tipo de dieta es baja en calorías y grasas, por lo que en gran parte de su población las tasas de obesidad y el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares son menores.
El centro que visita el cuarto en la línea de sucesión le presenta herramientas para combatir los radicales libres, el estrés oxidativo y el efecto negativo del paso de los años. Está aprendiendo a consumir más vegetales, hortalizas, soja, legumbres, frutas y toda clase de superalimentos. Eso sí, reduciendo las carnes de origen animal y azúcares.
Froilán acaba de iniciar un proceso para adelgazar, pero también para limpiar su organismo. Esperemos que este nuevo estilo de vida marque un antes y un después favorable para él. ¿Será la transformación definitiva?