Zarzuela y Felipe VI han sido claros con sus restricciones y no quieren que las infantas estén cercas de este sitio en Canarias, algo que es muy llamativo, pues los miembros de la familia real tienen pocas restricciones dentro del país y también fuera de él. Sin embargo, para evitar problemas, el rey ha sido muy conciso con lo que quiere, pues no quiere escándalos y por eso ha prohibido a sus hermanas que no vayan a este lugar.
¿De qué lugar estamos hablando? Pues nada más ni nada menos de La Mareta, la residencia de Juan Carlos I que pasó a manejo del Estado y en la cual hemos podido ver incluso a Pedro Sanchez disfrutando unos días luego de las elecciones generales. Es una propiedad que podríamos considerar uno de los mejores lugares de Canarias, pero, entonces, ¿por qué Felipe VI le ha pedido a sus hermanas que mantengan las distancias?
Un regalo ilícito, Juan Carlos I lo sabía, los demás no
Juan Carlos I ha sido una figura muy polémica y controversial durante toda su vida, pero durante estos últimos años ha dejado un tanto mal a la corona española y no precisamente por tener más de una amante. Sus negocios turbios hicieron que la confianza en la casa real tambaleara mucho, y se tomaron muchas medidas para que la confianza del pueblo en la monarquía volviera a ser fuerte.
Fue así como empezó de Felipe VI, siendo su primera misión restaurar esa confianza de las personas en la casa real española, lo cual le ha costado mucho al actual rey. Uno de los movimientos que se tuvo que tomar, fue, justamente, intervenir en esta propiedad de Juan Carlos I para evitar problemas en el futuro, sobre todo por lo implicada que estaba la familia con La Mareta.
Felipe VI y Zarzuela decidieron que dicho complejo pasara a ser manejo del Estado como Patrimonio Nacional, y desde entonces ha servido como esto. De hecho, varias figuras se han hospedado en dicho lugar desde entonces, entre ellos, Pedro Sánchez. El problema con La Mareta es que fue un regalo de Hussein de Jordania para Juan Carlos I a finales de los años 80, pero, para ser sinceros, las cuentas no estaban del todo claras.
Se presume que dicha localización forma parte de las tantas propiedades obtenidas de forma “ilícita” por el rey emérito, lo que hace que Felipe VI no quiera estar involucrado en lo más mínimo con este lugar. Ni él ni su familia, razón por la que ha impedido que sus hermanas vayan a dicho lugar. Les ha puesto una prohibición muy clara, tanto como hermano y también como rey, ya que no quiere que hayan escándalos que resolver en la casa real ni mucho menos en la familia.
Se le conoce como “la casa de los líos” e incluso como “la casa maldita” debido a distintos problemas del pasado, por lo que Felipe VI y casa real hicieron lo mejor: desligarse de tal propiedad.