Los cimientos del matrimonio entre Felipe VI y Letizia están siendo sacudidos una vez más por las influencias de los Borbones. Los problemas asociados a Juan Carlos I y su implicación con los delitos Iñaki Urdangarin en el caso Nóos han desencadenado una serie de enfrentamientos que amenazan con destrozar la unión de los monarcas. La Casa Real, que aún no se ha recuperado por completo del escándalo que envolvió al ex duque de Palma, se tambalea nuevamente, poniendo en peligro la estabilidad del matrimonio de los reyes.
Era de conocimiento público que Iñaki Urdangarin no era precisamente un modelo de virtudes, y tanto Juan Carlos I como la infanta Cristina eran plenamente conscientes de ello. Sin embargo, se salvaron gracias a su posición privilegiada dentro de Casa Real y a la implicación total de Urdangarin. Desde aquel episodio, la actual reina se cerró en banda con relación a la familia de Felipe VI para proteger la imagen de la Corona y así asegurar el futuro reinado de su hija, la princesa Leonor.
El ultimátum de Letizia a Felipe VI
Fue Letizia quien le planteó a Felipe un dilema de proporciones épicas: su matrimonio y el bienestar de sus hijas o la defensa de los demás miembros de su familia. Bajo una gran carga emocional, el rey comenzó a distanciarse de todos los miembros de Casa Real, apartándolos de la esfera pública. Así, solo quedaron ellos como reyes, sus hijas, como princesa e infanta, y Doña Sofía y Don Juan Carlos quedaron relegados a una posición secundaria como reyes eméritos. Sin duda, esto fue considerado un golpe despiadado por parte de sus hermanas, Elena y Cristina, quienes fueron dejadas de lado sin miramientos.
Una nueva crisis se cierne sobre Felipe VI y Letizia
Sin embargo, la decisión más angustiante que Felipe tuvo que tomar fue exiliar a su propio padre. Desde agosto de 2020, Juan Carlos reside en Abu Dabi, y desde entonces los reyes han evitado cualquier encuentro público con él, así como con sus hermanas Elena y Cristina, y sus respectivos hijos. Y es que, en 2013, Letizia sufrió el embate de la presión mediática, dado que estaba enfrentándose a una gran crisis en su matrimonio que casi termina en divorcio. Una década más tarde, la sombra de Juan Carlos I ha regresado, por lo que el matrimonio de los reyes estaría nuevamente en peligro.
Juan Carlos I anhela regresar a suelo español, y el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ha recordado que el emérito "no enfrenta ninguna causa penal o judicial en curso", lo que abriría la posibilidad de su regreso a España. Letizia rechaza de plano la idea de tener a su suegro cerca, ni siquiera como un triste reflejo en el espejo. La desconfianza ha calado hondo en su corazón y busca una revancha por el trato recibido cuando ella misma ingresó en Zarzuela en 2003. Por esta razón, Felipe VI ha dejado claro a su padre que, para evitar nuevos escándalos que dañen a la Corona, debe permanecer en los Emiratos Árabes y descartar cualquier posibilidad de regreso definitivo. No obstante, el emérito decidió ignorar las órdenes de su hijo al aparecer por sorpresa en el club náutico de Sanxenxo hace algunas semanas, desafiando a Letizia y a todos en La Zarzuela.