Felipe VI pasó por el altar como un hombre bastante enamorado de la que sería su esposa, Letizia Ortiz, la cual también estaba “enamorada”, y ponemos esto último entre comillas ya que siempre se dudó sobre esto. De hecho, con los años ha sido más notable que quizás la actual consorte se casó por puro interés. Es decir, ¿qué mujer no querría casarse con un príncipe y ser una reina?
Se dice que la esposa de Felipe VI se casó con él por eso, por mero interés, por lo que quizás nunca tuvo razón alguna para serle fiel, ya que realmente su corazón no le pertenecía al entonces príncipe de Asturias, y esto lo podemos comprobar de cierta forma por lo que ha hecho la reina. La infidelidad que cometió deja en claro que quizás nunca pretendió serle fiel al príncipe… ¿O quizás sí? No lo sabemos, pero Jaime del Burgo ya ha revelado a diestra y siniestra que Letizia Ortiz tuvo una relación con ella, y todo mientras que estaba casada con el hijo de Juan Carlos I. Sin embargo, no es como si hubiera sido infiel una sola vez, sino que lo fue varias veces, y esto a lo largo de varios años, aunque también se comenta que la reina consorte ha estado con más hombres que con solo el abogado ex esposo de Telma Ortiz.
Aún así, que Jaime del Burgo revelara al público lo de la infidelidad de Letizia no le abrió los ojos a Felipe VI, pues este ya sabía que su esposa le había sido infiel. Este se enteró en el pasado, mucho antes de que todos nosotros nos enteráramos de lo de Jaime del Burgo, por lo que no es algo nuevo para el hijo de Juan Carlos I y menos para su familia. De hecho, dudamos que el rey haya tirado sus lágrimas en esta ocasión, ya que ya lo hizo en el pasado.
Felipe VI lloraba a más no poder, y lo hacía delante de sus hijas
Tal como decíamos al comienzo, el rey se casó estando enamorado, y dicho esto podemos decir que el dolor que sintió cuando se enteró de la infidelidad de su esposa fue muy grande. No esperaba que Letizia Ortiz le hiciera algo así y menos cuando él mismo se plantó delante de sus padres para dejarles claro que se casaba con ella a como diera lugar.
Debido a esto, cuando se enteró de lo de Jaime del Burgo, el rey lloró hasta decir basta, y esto incluso delante de sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, las cuales eran mucho más pequeñas de lo que son en la actualidad, por lo que no podían conectar cables y entender el por qué su padre estaba llorando, aunque siempre había alguien que se llevaba a las niñas para que no viera demasiado, fuera la reina emérita Sofía de Grecia o la misma reina Letizia.