No es sorpresa ni novedad que la reina Letizia es una presencia no deseada en la familia real, ya que todos aquellos que pertenecen a la familia Borbón tienen muy probablemente a la esposa de Felipe VI en muy mala estima. Esto es así desde que el entonces príncipe de Asturias presentó a su pareja a sus padres y la relación fue rechazada rotundamente, aunque igualmente se llevó a cabo la boda con toda la desaprobación de la familia, pero ya estamos en un punto donde nada de esto importa, salvo que quedan detalles que resulta interesante destacar aún hoy día, como los que comenta Pilar Eyre en su columna de siempre, dedicada a hablar de los Borbón con un rigor periodístico que resulta difícil de replicar.
Los inicios de Letizia con Felipe VI fueron más complicados para ella que para su esposo, ya que como princesa de Asturias y futura heredera al trono por su matrimonio con Felipe VI, tenía ciertas nociones en las cuales fue indispensable que se instruyera, como historia, inglés o religión. Además, tuvo que hacer grandes sacrificios: dejó de lado su anterior trabajo y se dedicó al 100% a prepararse para estar a la altura de lo que se le solicitaba.
El diario secreto de Letizia
Durante estos primeros momentos de la relación real entre Felipe VI y Letizia, la reina consorte tuvo que aprender muchas cosas y dejar ir otras cuentas, era un periodo intensivo en el que tenía que estar procesando y aprendiendo todo lo necesario para ser una reina competente, y para que no se le olvide todo aquello importante tenía un cuaderno en el cual anotar todo aquello que no quisiera olvidar. Se terminó convirtiendo en su confidente ese pequeño diario que solía utilizar para que no se le olvidara las cosas. No solo escribía datos sobre ella sino que empezó a recopilar información de aquellos que poblaban la casa real, datos que al final no hicieron gracia a algunos y llevaron a aún más roces con Letizia.
Los problemas siguieron, pero el diario fue destruído
Llegó un momento en el que simplemente los ahora reyes tenían problemas gracias a la existencia de dicho diario, del cual tuvieron que disponer más pronto que tarde, no les duró demasiado por su propio bien, pero aunque se deshicieron del diario, ya sabemos lo que siguió ocurriendo progresivamente en el tiempo.
No es que los secretos de la familia real estén muy a salvo a día de hoy, pues todo aquello que haya sido plasmado en ese diario en teoría sigue siendo del conocimiento de Letizia, y podría pasar a mayores si ella quisiera. Sin embargo, hoy día el mayor riesgo para los secretos de la familia real es sin ápice de dudas Iñaki Urdangarin, quien mientras se mantenga negociando con su esposa, la infanta Cristina, la privacidad de todos los miembros de la familia real pende de un hilo.