El mandato de Juan Carlos I fue uno que resultó bastante opaco en cuanto a los negocios de la realeza, el patrimonio actual personal del emérito puede dar mucho que pensar en este aspecto, pero esta situación es algo que, prometieron, cambiaría con el nuevo mandato de Felipe VI y Letizia. Cosas han cambiado sí, pero en ocasiones se critica a la casa real que no se cumple con la transparencia que se ofreció en un principio, pues algunos de los negocios de la casa real u otros aspectos quedan un poco a la sombra.
Uno de los secretos más privados de Zarzuela, una colección muy lujosa y exclusiva
En el palacio de Zarzuela resulta más que evidente que la realeza guarda muchas riquezas, obras, tesoros, y demás elementos valiosos, pero hay una en concreto sobre la que no se sabe demasiado, y lo que se sabe solo es el testimonio de personas que dicen haber estado allí, se trata de una colección de 10.000 vinos que pertenecía a Juan Carlos I y evidentemente, ahora ha pasado a manos de su hijo. Los dos son unos amantes y apasionados del vino, el emérito más que su hijo, y se encargó de hacer crecer bastante la colección, pero hay otras cuantas que Felipe VI habría recibido con el tiempo a modo de regalos u obtenido por cuenta propia. En cualquier caso, se trata de un repertorio de vinos en el cual a cualquier buen conocedor gustaría estar, como mínimo, para verificar qué tan ciertas son las leyendas.
La razón por la que se sabe tan poco, es porque según Transparencia, dicha colección es algo que corresponde al ámbito estrictamente privado de la familia real, por lo que no hay ni siquiera aproximaciones de un valor total, o qué tan bien conservado está el vino, pero nuevamente, hay teorías y testimonios.
Sabemos del almacén de vino en parte gracias a un familiar de Letizia
David Rocasolano, primo de la reina Letizia, escribió en su libro “Adiós, Princesa”, con posible descuido, sobre la anteriormente mencionada colección, y es una de las razones por las cuales se conoce su existencia, según narraba el autor, en una visita al palacio llegó el momento de bajar al sótano, lugar en el cual esperaba conocer, finalmente, la biblioteca, pero lo que le esperaba detrás de la puerta que abrió Letizia eran botellas, montones y montones de botellas de vino.
Algo que llamó la atención de David Rocasolano fue que el suelo estaba lleno de arena de playa, según asegura el primo de Letizia, Felipe VI le aclaró su existencia en ese sótano, se trata de arena de playa traída de una playa muy específica del Índico, esto se debe a que, basándonos en la explicación que le dio el rey, dicha arena tienen las propiedades necesarias para mantener la humedad perfecta para que se preserve el vino. Adicional al testimonio de David Rocasolano, el medio El Mundo hizo sus propias averiguaciones, no hay tantos detalles como se gustaría, pero aseguraron que en la bodega de los reyes existen “auténticas maravillas”.