Cuando Felipe VI intentaba convencer a Letizia de que Leonor de Borbón fuera a la academia militar, si al estar cerca de Zarzuela y ponías tu atención en el oído podías escuchar la rabia de 1000 ejércitos rugiendo dentro de las paredes del palacio. Fueron días duros para los reyes, ya que cada vez que surgía el tema eran portazos, gritos e insultos, esto al menos según el personal de limpieza de Zarzuela. Felipe VI y Letizia están pasando un mal momento, y no parece que esté mejorando en absoluto, sino todo lo contrario. Cada día acontece algo que engrandece más la brecha sentimental que se está generando entre los reyes.
Soplan vientos de separación, camas separadas
El matrimonio se convierte en un contrato en el momento en que el amor entre los miembros de la pareja desaparece. En sus inicios el actual rey debía estar loco de amor por quien hoy día es su esposa. La batalla que libró Felipe VI contra sus padres y toda la casa real para que “la plebeya“ fuese permitida en Zarzuela dejó escozores que aún se sienten a día de hoy, escozores que Letizia se ha ido quitando de encima uno a uno, ya que todos aquellos feos que sufrió durante su noviazgo con el entonces príncipe de Asturias se los ha cobrado y con gusto, pero nunca parece suficiente para “La Ficticia”, como le llamaban en su trabajo.
A día de hoy, esa llama inquebrantable ya no es lo que era, pues el amor que podía haber entre los dos se ha sido extinguido a conciencia por acciones de parte y parte, diferencias que son irreconciliables, como la asistencia de Leonor de Borbón a la academia militar. Letizia estaría muy triste por esto sin olvidar que cedió ante su esposo a regañadientes y luego de días de peleas, y eso solo es uno de muchos desacuerdos que habrán tenido a lo largo de su matrimonio.
La crisis habría llegado a un punto extremo en el que Felipe VI y Letizia ni siquiera compartirían la misma cama, ni la misma habitación, pues con todos los conflictos que se han originado recientemente habrían pasado a dormir en estancias diferentes ya que hay ocasiones en las que no pueden ni verse. Con un inminente regreso de Juan Carlos I sobre la mesa, la ausencia de sus dos hijas y la cada vez mayor oposición de su esposo, Letizia debe estar cada vez más por su cuenta y sin embargo, el divorcio no es una opción.
Separación inminente, no divorcio
Por muy mal que esté la relación entre los reyes, un divorcio resulta inviable, mismo motivo por el que pese a vivir separados, Juan Carlos I y Sofía de Grecia siguen casados, aunque ni siquiera hay amor entre ellos, pero el vínculo del matrimonio debe mantenerse. Quizá lo mismo ocurra con los actuales reyes, pues ya estaríamos viendo los primeros pasos hacia ese futuro. La soledad que se ve en Zarzuela estaría acelerando todo, quizá solo es cuestión de tiempo para que veamos más señales que apunten a la separación de Felipe VI y Letizia.