La salud del rey emérito Juan Carlos I ha sido motivo de preocupación para su familia y para el conjunto de los medios del mundo. Con el paso del tiempo, se ha hecho evidente que su estado de salud se ha deteriorado significativamente, afectando tanto su movilidad como su capacidad cognitiva debido a la demencia senil que padece.
Ante esta situación, sus hijas, la infanta Elena y la infanta Cristina, han mostrado un profundo interés en el bienestar de su padre. Están decididas a brindarle el apoyo necesario y a velar por su comodidad y seguridad. Ambas han mantenido una estrecha vigilancia sobre la salud del rey emérito y han expresado su deseo de que pueda regresar a España y permanecer en Madrid, donde tendría acceso a una atención médica adecuada y a un entorno familiar más cercano.
La infanta Elena y la infanta Cristina han mantenido conversaciones con su hermano, el rey Felipe VI, con el objetivo de presionar para que se tomen medidas que permitan facilitar el retorno de su padre al país. Su deseo es que Juan Carlos I pueda moverse libremente dentro de España y salir del país cuando lo desee, sin restricciones ni impedimentos legales.
Sin embargo, la decisión de permitir el retorno del rey emérito no depende únicamente de la familia real, sino también del gobierno español, encabezado por el presidente del momento. Cualquier cambio en la situación legal de Juan Carlos I requeriría una evaluación exhaustiva de los aspectos legales y políticos involucrados, así como un consenso entre las partes interesadas.
La salud del rey emérito va a peor
Para Felipe VI, ver a su padre regresar a España y poder pasar más tiempo con él sería un alivio y una muestra de apoyo a su progenitor en estos momentos difíciles. Sin embargo, también debe equilibrar este deseo con las consideraciones políticas y legales que rodean la situación del rey emérito,pues aún hay muchos que opinan que el rey emérito debe estar en exilio.
Por otro lado, hay quiénes argumentan que Juan Carlos I, al ser el rey emérito de España, debe de estar en el país y no exiliado. Argumentan que si el padre de Felipe VI fallece fuera del país será un desastre tanto para la monarquía como para el gobierno. La imagen de todos quedará manchada a nivel internacional, argumentando que lo mejor es tener al rey emérito en España.
En definitiva, el deterioro de la salud de Juan Carlos I pone sobre la mesa desafíos tanto personales como institucionales para la familia real y el gobierno español. Las infantas no cesan en sus esfuerzo de que el rey emérito esté de vuelta en el país, y cada vez más son más insistentes con Felipe VI, el cual también quiere de vuelta a su padre, y ahora que está liberado de las cadenas de su esposa, es posible que permita que Juan Carlos I esté de regreso.