El descubrimiento de una infidelidad suele ser un golpe devastador para cualquier relación, especialmente cuando involucra a figuras públicas como la realeza. La reciente revelación de la infidelidad de la reina Letizia hacia el rey Felipe VI ha conmocionado a la opinión pública y ha puesto de manifiesto la complejidad de las relaciones dentro de la monarquía española.
El enlace entre Felipe y Letizia en la majestuosa catedral de la Almudena hace casi dos décadas fue un evento que cautivó al mundo entero. Sin embargo, detrás de la pompa y la celebración, se ocultaban tensiones, conflictos y engaños que ahora salen a la luz. La relación entre el rey y la reina de España nunca ha sido un lecho de rosas, por lo que las revelaciones recientes arrojan luz sobre las profundidades de sus desafíos matrimoniales.
Un matrimonio real en crisis: Los secretos detrás de las paredes de Zarzuela
La historia de amor entre Felipe y Letizia parecía sacada de un cuento de hadas: un príncipe y una plebeya unidos por el destino. Sin embargo, en 2013 enfrentaron su mayor desafío hasta entonces. Los medios especulaban sobre una inminente separación, con titulares listos para mencionar la palabra "divorcio", pero al final, eso no ocurrió. Se pensaba que los problemas en su relación estaban relacionados con la situación de la Corona en aquel momento, especialmente tras el estallido del caso Nóos. Pero hace poco se reveló el verdadero motivo de esa crisis. Resulta que Letizia había sido infiel a Felipe durante varios años con Jaime del Burgo, el ex marido de Telma Ortiz. El rey descubrió la traición en 2012, al sospechar de sus salidas clandestinas y escuchar ciertos rumores, lo que lo llevó a enviar al CNI para investigar.
El rey Felipe, quien creía haber encontrado en Letizia el amor de su vida, se vio abrumado por el dolor y la humillación al descubrir la traición de su esposa. Lo que más le dolió fue saber que la familia de Letizia, los Ortiz Rocasolano, estaban al tanto de la infidelidad y optaron por protegerla en lugar de enfrentar las consecuencias de sus acciones.
La madre de Letizia era la cómplice de la traición
Paloma Rocasolano, la madre de Letizia, se enfrentaba a un dilema: por un lado, no quería que su hija perdiera su posición en Zarzuela, pero por otro, era consciente de que Letizia no era feliz con Felipe y estaba enamorada de Jaime del Burgo. Sin titubear, la enfermera jubilada se convirtió en cómplice de su hija, facilitando encuentros secretos entre ella y el abogado. Fue Paloma quien les prestó su casa, una pequeña buhardilla en el corazón de Madrid. Jaime llegaba primero, pasando inadvertido, ya que nadie lo conocía en aquel entonces y desconocían a qué piso se dirigía exactamente. Luego llegaba Letizia. Una vez dentro, Paloma se retiraba, otorgándoles la privacidad que necesitaban.
La revelación de esta traición ha dejado a Felipe con el corazón roto y la confianza en su suegra completamente desvanecida. La relación entre ambos está más que fracturada, y parece poco probable que pueda ser reparada, especialmente después de que el monarca confirmara que Paloma era la informante de Jaime del Burgo. Como resultado, Felipe ha decidido vetar a Paloma de Zarzuela. La madre de Letizia ahora solo visita el Palacio cuando el rey está ausente.