La realeza siempre ha tenido algunas excentricidades características de su clase, en esta nota el protagonista no es ni más ni menos que el actual Rey de Reino Unido desde el deceso de la Reina Isabel II el año pasado, Carlos III, el cual tomó las riendas a una edad bastante tardía, siendo la persona con mayor edad al acceder al trono, su madre fue una reina muy longeva, por lo que Carlos III habría pensado primero en jubilarse que otra cosa, pero ahora que está en el trono, ha dado de qué hablar por sus gestos y actitudes como, por ejemplo, cuando el año pasado el Rey de 73 años profirió insultos a causa de una pluma que no funcionaba como debería y le acabó manchando la mano, y en días anteriores a este ya había tenido un encontronazo con un tintero que le dificultaba firmar documentos, pero el set de excentricidades de Su Majestad van por otro rumbo hoy.
Aseguran que el Rey Carlos III tiene un “TOC”
O “Trastorno obsesivo-compulsivo”, acusación a la cual el Palacio de Buckingham se niega a responder, pero se vuelve una hipótesis plausible en base a otros comportamientos de Carlos III, por ejemplo, es muy estricto en el ámbito alimenticio, reemplazó la bebida favorita de la reina Isabel, la ginebra, por whiskey escocés, y mantiene la “norma” ya establecida en la Casa Real, que es la completa ausencia del foie, para quien no conozca esto, el foie gras se obtiene de un pato o ganso alimentado en exceso, es una práctica prohibida en 15 países por considerarse maltrato animal, y uno de esos es precisamente Reino Unido.
Por su parte, su esposa Camilla Parker, se dice que “es muy accesible, cercana, cálida y divertida”, en base al documental “Serving the Royals: Inside the Firm”, “El Rey tiene rutinas para su desayuno muy puntuales, mientras que Camilla, solo come productos orgánicos de los que ellos mismos cultivan en su jardín en Clarence House”.
La rutina y los viajes son un protocolo estricto
La ceremonia del baño también es un protocolo para Carlos III, todo debe tener unos parámetros perfectos para facilitarle las cosas lo máximo posible, el agua debe tener una temperatura de 20 grados y una profundidad de 18 centímetros, ni más, ni menos, así como la toalla del rey e incluso el tapón de la bañera tienen posiciones específicas que no pueden cambiar pues, forman parte de la rutina de Carlos III.
Pero nada de esto es lo que le da el título a esta noticia, aún no hablamos de los comportamientos de Carlos III durante sus viajes, donde según la duración de mismo, pide que le lleven su cama, e incluso cuadros y muebles, un inventario de viaje curioso, pero que no supera al colmo de sus excentricidades, su retrete y su respectivo papel higiénico, resulta muy curiosa esta decisión de, de todas las cosas que podrías necesitar en un viaje, ocupar tu propio retrete, y ninguno más.