La noticia de la llegada del primer hijo de Louis Ducruet y Marie Chevallier ha sido una gran alegría para la familia Grimaldi. Especialmente para la princesa Estefanía deMónaco, quien se ha convertido en abuela primeriza a los 58 años. La llegada de su primer nieto es, sin duda, un acontecimiento muy especial para ella. Sin embargo, algunos pueden considerar que no son unos 58 años muy bien llevados.
Estefanía de Mónaco, la hermana menor del príncipe Alberto II de Mónaco, heredó la pasión artística de su madre, Grace Kelly. En los años 80, se convirtió en un ícono de la moda con un estilo arriesgado, rasgos andróginos y una figura musculada y definida. Sin embargo, en la actualidad, ha optado por una vida alejada del foco mediático y solo aparece en eventos puntuales relacionados con su fundación benéfica para la lucha contra el Sida.
Juventud desenfrenada
Durante su juventud, Estefanía se caracterizó por su espíritu rebelde, intentando escapar de sus tristes recuerdos, especialmente de la pérdida de su madre en un accidente fatal. Como resultado, se convirtió en una princesa que intentaba ser un poco de todo, desde modelo hasta integrante de un circo, para encontrar una sensación de permanencia y hogar.
Cuatro décadas más tarde, su cara está completamente surcada de arrugas y líneas de expresión, y las bolsas debajo de sus ojos demuestran un gran cansancio. La princesa ha preferido evitar tratamientos de bótox y ácido hialurónico al que sí recurren otras caras conocidas de las distintas monarquías de Europa. Así es Estefanía de Mónaco ahora.
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No le importan los rasgos de la edad
Actualmente, Estefanía prefiere pasear por las calles de Mónaco con prendas poco llamativas para no llamar la atención. Rara vez se maquilla y la mayoría de las veces las canas invaden su pelo, aunque las tiñe para eventos benéficos. A diferencia de su hermana Carolina y su cuñada, la princesa Charlene, Estefanía ya no asiste al 'Baile de la Rosa', el evento más simbólico de Mónaco, y prefiere adoptar un estilo discreto y cómodo en su día a día. Algunos medios han señalado el envejecimiento prematuro de Estefanía, relacionándolo con su estilo de vida rebelde y la depresión por la pérdida de su madre.
Aún así, estos comentarios le resbalan a Estefanía. “No me asustan las arrugas si dan el testimonio de una vida en la que hemos disfrutado”, señaló en una entrevista para la revista ‘Paris Match’.