En las sombras de su lucha interna, Ernesto de Hannover se debate contra un enemigo implacable: las adicciones. Su figura demacrada y su aspecto desgastado son testigos silenciosos de una batalla que ha dejado estragos visibles tanto en su cuerpo como en su alma. Buscando una pausa en sus tormentos, el príncipe se ha refugiado en las cálidas aguas de Ibiza, acompañado de su novia, Claudia Stilianopoulos. Capturado por las lentes de Gtres, el príncipe güelfo, que en un momento llegó a pesar apenas 43 kilos debido a su batalla contra el alcohol y otras sustancias, aparece en las imágenes como un eco en decadencia de su antiguo yo, un testimonio palpable de los estragos físicos de la lucha contra sus demonios internos.
A pesar de su deteriorado estado físico, Ernesto de Hannover parece haber encontrado cierta estabilidad en su relación con Claudia Stilianopoulos, hija de la conocida Pitita Ridruejo. Juntos han comenzado una nueva vida en Madrid, alejándose de los reflectores mediáticos que alguna vez los rodearon. Sin embargo, su deteriorada salud y apariencia desgarradora son un recordatorio constante de sus días más oscuros, una paradoja que contrasta de manera cruel con la elegancia que alguna vez compartió con Carolina de Mónaco en los fastuosos eventos de la alta sociedad en los albores del nuevo milenio.
Bajo perfil en las Islas Baleares: un intento por evitar nuevos escándalos
Las playas doradas de Ibiza han sido testigos de la búsqueda de redención de Ernesto de Hannover, quien parece haber huido de su oscuro pasado en busca de un respiro en medio de la crisis. Lejos de los titulares y las miradas indiscretas, el príncipe ha tratado de encontrar un refugio en las Islas Baleares, evitando convertirse en el epicentro de un nuevo escándalo. Aunque sus pasos han sido discretos, el peso de sus acciones pasadas y sus problemas legales continúan persiguiéndolo, incluida una batalla legal con su hijo mayor, Ernesto Augusto, que resultó en una pérdida de propiedades.
Un historial de escándalos y controversias
El padre de Alexandra de Hannover enfrentó problemas legales significativos en julio de 2020, cuando fue arrestado y posteriormente internado en una institución psiquiátrica en Austria luego de intentar agredir a dos oficiales de policía con un afilador de cuchillos. Su confrontación con la ley continuó cuando, días después, fue detenido nuevamente al intentar confrontar a los agentes con un bate de béisbol en mano. La serie de arrestos culminó cuando amenazó al matrimonio de sus empleados en una cabaña en Austria. El resultado final fue una sentencia de diez meses de prisión, pero logró eludir este castigo al comprometerse a rehabilitarse en una clínica especializada.
Desde su matrimonio con la princesa Carolina de Mónaco en 1999, Ernesto de Hannover ha estado en el centro de innumerables escándalos y controversias. En 2000, protagonizó un incidente violento en una discoteca, y en 2004, faltó a la boda del príncipe Felipe de España y Letizia Ortiz debido a los excesos de la noche anterior. Estos eventos, sumados a sus batallas con las adicciones, han contribuido al deterioro de su imagen pública y al preocupante estado en el que se encuentra en la actualidad.