Se han escrito cientos de historias relacionadas con la vida sexual al margen del matrimonio del rey emérito Juan Carlos I. Y también de las veces que la reina emérita Sofía ha estado a punto de cogerlo con las manos en la masa. La última anécdota al respecto la contó Jaime Peñafiel recientemente en un artículo publicado en LOC.
Entre las historias más impactantes relacionadas con el juego del gato y el ratón que mantenían Juan Carlos y Sofía, tienen lugar en Mallorca. Se conoce que el ex monarca se iba con sus amigos a alta mar en un yate lleno de mujeres. Allí donde nadie les pudiera ver y donde se lo pasaban en grande. Pero en ocasiones se enteraba la reina Sofía, que no dudaba en coger una lancha en plena madrugada para descubrir a su marido con otras mujeres. El emérito, sin embargo, tenía muy buenos contactos que le informaban cuando esto ocurría. Y antes de que llegara su mujer tiraba a la amante de turno por la borda.
La reina Sofía intentó descubrir a Juan Carlos con una de sus amantes
En esta línea, se produjo un episodio similar en Granada. Lo cuenta Jaime Peñafiel. Al poarecer, la emérita se enteró de que Juan Carlos estaba con otra mujer en un hotel de Granada, y no dudó en coger un tren rumbo a la ciudad andaluza para sorprender a su marido.
“La Reina Sofía decidió tomar el tren Talgo para viajar a Granada y sorprender a su marido, el Rey Juan Carlos, en el hotel Alhambra Palace con la amiga entrañable de turno, en aquella ocasión la mallorquina Marta Gayà”, empieza el cronista. “Nos lo contó a mí y a la duquesa de Alba, en el transcurso de una comida en el Parador San Francisco de Granada, Gabriel Díaz Berbel, el más campechano, simpático, espontáneo y socarrón alcalde que ha tenido la capital andaluza, a quien se le conocía por el apodo de 'el Kiki’”, especifica.
La reina Sofía se planta en Granada
Y sigue: “El Rey, que había pasado un fin de semana esquiando en Sierra Nevada en compañía de Marta Gayà, fue recibido, cuando llegó a Granada, por el alcalde y amigo Díaz Berbel que les acompañó al hotel Alhambra Palace donde habían decidido hospedarse, como hacía siempre, antes de regresar a Madrid. Y allí les había dejado "el Kiki" cuando, al regresar a su despacho en la Alcaldía, le llamó el gobernador civil informándole haber recibido una llamada de Zarzuela comunicándole que la Reina Sofía llegaba en el Talgo Madrid-Granada a las nueve de la noche. Sorprendido, preocupado y asustado por la noticia, 'el Kiki' decidió subir inmediatamente al hotel Alhambra para informar al Rey de la noticia y sacar a Marta Gayà no solo de la habitación, sino del hotel”, revela el periodista. Por lo menos no tiró a su amante por la ventana.
“De lo que no había la menor duda es que Doña Sofía o había sufrido un repentino ataque de celos o alguien le había informado. Lo cierto es que, bajo este impacto emocional, no le importó tomar el primer tren y sin previo aviso presentarse en Granada para sorprender a quien todavía amaba a pesar del dolor que entonces, le producían sus infidelidades”, concluye Peñafiel.