En Mónaco los escándalos y rumores no cesan. Generalmente los protagonistas de la mayoría son Alberto y Charlene de Mónaco, relación que ya está calificada de matrimonio de cartón, un pacto, o incluso un trabajo. Charlene de Mónaco simplemente se mantiene cumpliendo las responsabilidades que se le asignan y cobra sus 12 millones de euros al mes. “Fácil y sencillo”. Sin embargo, desde hace tiempo se ha notado rara a la princesa consorte. Siempre ha tenido el mote de “la princesa triste”, pero ahora parece estar sufriendo una regresión de ánimos, las cosas no estarían transcurriendo de la mejor forma para Charlene de Mónaco.
Desde que se fue a Sudáfrica y se quedó por, según la versión oficial, una infección de oído, las cosas han ido en bajada para Charlene de Mónaco. Para empezar, su estancia en Sudáfrica sería por su adicción a los somníferos, motivo por el cual pasó mucho tiempo allá.
Al regresar y retomar sus responsabilidades reales los comentarios no cesaban, tanto sobre el verdadero motivo de su extensa ausencia como el estado de su relación con Alberto de Mónaco. Se han rumoreado cosas muy fuertes, como que la pareja ni siquiera habría tenido a sus hijos mediante relaciones de cama, sino que habrían recurrido a la fecundación in vitro. Igualmente no dormirían juntos, y por su parte Charlene querría irse a Suiza y olvidarse de absolutamente todo, pero el príncipe le pidió mantener las formas a cambio de su pago anual.
Cambios de color de pelo, cambios del estado de ánimo
Con el paso del tiempo y las críticas que recibió Charlene de Mónaco a causa de su estilo en la coronación de Carlos III, algunos consideran que llevó dos de los peores looks que se le han visto jamás. Estos comentarios la habrían llevado a una solución de emergencia, pasar de su pelo rubio plateado a un castaño que algunos califican de “aburrido”. Incluso se ha llegado a hacer un paralelismo entre su color de pelo y su estado anímico, el cual no debería ser tomado tan a la ligera pues se puede percibir que las innumerables críticas han hecho efecto en la mente de Charlene de Mónaco, dejando deteriorada su salud mental, la cual a diferencia de su salud física, no ha sido mencionada por el principado en ningún momento, pero estaría grave.
Tampoco se puede asegurar a pies juntillas que Charlene de Mónaco está tomando pastillas contra la depresión, pues como ya se comentó la casa real no ha hecho comentarios al respecto ni los hará seguramente. La salud mental entre las familias reales y en general sigue siendo un tema tabú o al cual se le resta relevancia. Sin embargo las ausencias de la nadadora en eventos del principado y similares podrían apuntar a, como mínimo un bajón emocional el cual podría convertirse en algo muy peligroso para la esposa de Alberto de Mónaco, pero sin confirmación oficial, difícil saberlo.