La vida de la princesa Charlene de Mónaco siempre ha sido objeto de controversia y rumores desde el día en que se casó con el príncipe Alberto de Mónaco. Muchos aseguran que nunca ha estado enamorada de él y que su matrimonio es solo una fachada para mantener las apariencias. Además, se habla de una supuesta homosexualidad del príncipe y de una posible separación entre ellos.
Así era Charlene de Mónaco antes de casarse con Alberto
Pero, ¿cómo era Charlene antes de convertirse en la princesa de Mónaco? Las fotos de su juventud muestran a una joven de belleza natural y rasgos dulces, muy diferente a la mujer que vemos hoy en día. De hecho, Charlene se ha sometido a varias cirugías estéticas, como una rinoplastia, un aumento mamario y la inyección de ácido hialurónico y bótox, que han cambiado radicalmente su aspecto.
Pero la polémica en torno a la princesa no se limita a su aspecto físico. También se habla de su infelicidad en el matrimonio. Se rumorea que Alberto es homosexual. Y que la forma en que han tenido descendencia sería a través de la inseminación in vitro, ya que Charlene se negría a tener relaciones con su esposo, así como a Alberto no le gustan las mujeres.
La llaman ‘la princesa triste’
La tristeza y la melancolía son dos rasgos que se atribuyen a Charlene. En todas las fotos en las que aparece, la princesa luce un semblante serio y apagado, o con una sonrisa forzada, lo que ha llevado a muchos a llamarla "la princesa triste". Además, su ingreso en una clínica de rehabilitación hace unos meses para tratar su adicción a los somníferos avivó aún más las especulaciones sobre su infelicidad y su posible ruptura con el príncipe Alberto.
Sin embargo, también hay quienes afirman que Charlene está fingiendo su infelicidad a cambio de una gran suma de dinero y la posibilidad de vivir en Suiza, lejos de su esposo y sus responsabilidades como princesa de Mónaco. Es difícil saber cuál es la verdad detrás de todos estos rumores y especulaciones, pero lo que es cierto es que la vida de Charlene no es tan perfecta como puede parecer a simple vista.