La princesa Charlène de Mónaco ha sido etiquetada como la "princesa triste" debido a los rumores constantes de divorcio y conflictos con sus cuñadas, Carolina y Estefanía. Sin embargo, lo que muchos no saben es que Charlène es una persona que padeció una infancia muy complicada. Ello es lo que le ha dado fuerza para superar las adversidades.
La princesa nació en Bulawayo, Zimbabwe, en 1978, surante la guerra de independencia del país. Su padre trabajaba en informática y su madre era una apasionada del buceo. En Rhodesia, Charlène disfrutaba de una infancia feliz, rodeada de animales y practicando natación desde los 3 años.
La infancia oscura de Charlene de Mónaco
Sin embargo, a los 12 años, la guerra civil explotó, obligando a la familia a huir a Sudáfrica y convertirse en refugiados de guerra. La princesa Charlène tuvo que dejar su hogar y todos sus recuerdos atrás, enfrentándose a una nueva realidad de desigualdad racial y hambrunas. La familia se instaló en un pueblo cercano a Johannesburgo.
Charlène fue testigo en aquel entonces de los problemas generados por el apartheid, mientras vio como mucha gente moría de hambre. “Tirar la comida o desperdiciar agua era un sacrilegio”, comentó Charlène en una entrevista durante un viaje a la India. “No teníamos electricidad porque no podíamos pagarla. Mi padre tenía dos trabajos, mi madre daba clases de natación. Sé lo que se siente cuando tienes que ir caminando bajo la lluvia kilómetros para ir a la escuela”, reveló.
El paso del tiempo lo fue poniendo todo en su lugar. Su padre pudo abrir una empresa de informática, mientras ella pudo recuperar sus prácticas de natación. Incluso participó en algunos torneos profesionales.
Trabajo, esfuerzo y entrega para dejar atrás sus peores años
“Para levantarse a las 4.30 de la mañana todos los días y dar decenas de vueltas, a la edad de 15 años, hay que estar muy concentrado y muy motivado. Siempre supo lo que quería y puso los medios. Nosotros la apoyamos para que alcanzara el mejor nivel”, explicó su padre en una ocasión hablando de cómo era el día a día de Charlène.
Dos años más tarde, cuando tenía 17, fue seleccionada para formar parte del Equipo NacionalJuvenil. Y de ahí a la élite. Participó en unos Juegos Olímpicos, en la Copa del Mundo y en los Juegos de la Commonwealth. Después de ello apareció Alberto de Mónaco en su vida y se convirtió en princesa.