No solo en España o Reino Unido hay tensiones dentro de las casa reales, difícil resulta que alguna de las familias reales no tenga escándalos de vez en cuando, los conflictos y rumores siempre están a la orden del día, es una normalidad que se ha mantenido durante años, esta vez, es el turno de Mónaco, donde la realeza tiene sus propios problemas y revuelos con el tiempo, últimamente muy asociados a Charlene de Mónaco.
La esposa de Alberto de Mónaco, en la cuerda floja
De una forma similar a la realeza española, las acusaciones de corrupción han perseguido a Mónaco, personas que se apuntaban a dedo y se condenaban como involucrados fueron defendidos a capa y espada por el príncipe Alberto II, llamó a todo el asunto “un malentendido”, calumnias, una conspiración, o cualquier razón que al final fue de nula validez pues, las acusaciones eran reales, el esposo de Charlene de Mónaco dio un giro de 180 grados y se comprometió a “proteger al Principado”, lo cual afirma es su tarea.
Quizá se podría pensar, ¿Qué tiene que ver todo esto con Charlene de Mónaco?, fuera de que sea esposa del rey y sí o sí, está involucrada, pues una de las personas echadas de la casa real era el asesor personal de la reina consorte, y lo dejaron de patas en la calle sin la más mínima intervención de Charlene, lo cual deja en evidencia que con el paso del tiempo se le va dejando más y más de lado en la realeza, estaría allí para estrictamente cumplir sus responsabilidades, y poco más.
Al despedir a los corruptos del principado, Alberto II de Mónaco se apoyó en la opinión y el apoyo de Carolina y Estefanía de Mónaco, a quienes siempre busca para solventar temas importantes o involucrados con la familia, en esta trama de corrupción particularmente ellas “se han visto afectadas” según confirma el propio Alberto II de Mónaco, es aquí donde se omite toda mención de su esposa Charlene de Mónaco, quien brilla por su ausencia en las declaraciones del rey de Mónaco.
La farsa de Charlene de Mónaco, cada vez más al descubierto
No es la primera y probablemente tampoco sea la última vez que se le haga un feo de este tamaño a Charlene de Mónaco, desde hace tiempo se ha intentado destapar que la consorte no es más que una esposa de cartón, está allí por conveniencia y bajo cheques de Alberto II de Mónaco, el cual la mantiene allí porque es lo más llevadero y le evitaría muchos problemas.
El resultado es un matrimonio de adorno, pues cada uno viviría por su cuenta y Charlene de Mónaco solo se limita a aparecer cuando se le pide y cuando está dentro de sus responsabilidades como reina consorte, fuera de eso, ya no tendría ningún otro tipo de influencia ni poder sobre las decisiones que se toman dentro de la casa real.